Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔

Capitulo 22: Noche de chicos y una mas

Ethan.

–Se que tú quieres –la escuche ronronearme al oído. –vamos amore no puedes dejarme así.

–Kenia necesito hacer una llama –dije en tono serio –espérame en la cama.

Kenia se baja de mis piernas y camina por la sala desnuda, dejándome ver su perfecto cuerpo pero el sexo con ella es eso sexo, no es nada del otro del mundo y no puedo negar que tengo buen sexo con ella pero no es nada especial como solía tener con... ¡Mierda! Tengo que dejar de compararlas, Kenia no se parece en nada a la esa maldita mujer que me atormenta todas las noches y que no puedo sacar de mi mente durante el día.

Después de mi discusión con mis padres me fui a Europa de nuevo con Adam, cuando llegue él se sorprendió de verme allí y más porque no tenía programado ningún trabajo pero lo que más le sorprendió fue cuando le dije que me iba a divorciar de esa mujer, es que da tanta rabia decir su nombre. Al pasar de los días me reencontré con Kenia y bueno, una cosa llevo a la otra y terminamos en un cuarto de hotel desnudos y con las respiraciones entrecortadas por el sexo, desde ese día follamos sin compromisos.

Se que salieron a la luz unas fotos sobre nosotros saliendo del hotel pero no hice nada para parar a la prensa amarillista y me alegra que eso haya salido a luz porque esa mujer debe saber que no tiene ningún tipo de posibilidad conmigo y que también la supere del todo, al hacerse públicas esas fotos no solo se enteró ella sino que toda mi familia y eso fue un caos. Cada uno de mis tíos me llamo para darme un sermón sobre la fidelidad y toda esa mierda pero el llamado que más me afecto fue el de mi abuela, ella al enterarse de todo esto hizo que las fotos dejaran de circular por todos los programas de televisión y los portales de internet, pero lo que me dijo fue lo que me dolió.

–Ethan Smith me siento muy decepcionada de ti –la voz de mi abuela era sebera y fría jamás había escuchado ese tono –pensé que eran un hombre con principios, jamás me imagine que eras de esos hombre que le son infieles a las mujeres y esa jovencita no se merece sufrir de esa forma.

–Las cosas no son como crees –musite rápidamente porque el tono de mi abuela me estaba matando –tienes que saber la dos caras de la verdad porque ella...

–Tu madre ya me ha puesto al tanto de todo –me corto mi abuela –pero no te diré nada al respecto porque creo que ya tienes suficiente con todo lo que te habrán dicho tus padres y tus tíos, pero quiero que sepas una cosa... –pude escuchar el suspiro que soltó mi abuela y ella continuo hablando –tu trabajo en la firma sigue en pie pero la mitad de tu salario será destinado a una cuenta para tus hijos...

–No es justo –la corte.

–¡No te estoy preguntando! –grito mi abuela y eso hizo que me asustara –Si tu trabajas para mí, trabajaras bajo mis normas y si no te gusta pues puedes renunciar.

–¿Por qué todos la apoyan a ella? –esa pregunta fue más para mí que para ella –Pero si las cosas serán de esta manera prefieren renunciar, prefiero abandonar mi pasión antes que mantenerla a ella y a esos malditos...

–¡Mucho cuidado en como terminas esa oración! –me advierte la mujer al otro lado de la línea –pero es tu decisión y no pienso contradecirte porque jamás lo hice y no comenzare a hacerlo ahora. Pero quiero que sepas que tomare otras medidas para que a esa chica y mis bisnietos no les falte nada en la vida.

–¡Ethan! –la voz de Kenia me saca de mis pensamientos –¡Date prisa!

–¡Tardare lo que necesite! –grito de mala gana.

Luego de eso tomo mi teléfono y busco entre mis contactos a la persona que tengo que llamar, sé que es muy temprano aquí en Los Ángeles pero la ocasión amerita que llame a la hora que yo quiera, marco y pongo el teléfono en mi oreja y escucho como timbra pero nadie me responde. Marco nuevamente y obtengo el mismo resultado pero en el tercer llamado escucho la voz de la persona con la que quiero hablar.