Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔

Capitulo 19: Volver al pasado

Estoy tocando el timbre pero nadie me responde y sé que es muy tarde pero también sé que pueden oírme, sé que en cuanto ella me vea se asustara y dejara de hacer cualquier cosa para ayudarme porque siempre ha sido de esa manera, sé que me ama incondicionalmente a pesar de ser la peor mierda del mundo pero sé que ella jamás me podría dar la espalda. Se que peleamos muchas veces y también sé que nos perdonamos muchas más pero también sé que a pesar de la última pelea que tuvimos ella me ayudara y las peleas se quedaran en el olvido.

Antes de que pueda volver a tocar el timbre de la casa ella aparece y no puedo evitar sonreírle con mi mejor cara de niño bueno, ella me fulmina con la mirada pero en cuanto ve todos los golpes que tengo en la cara y mi ropa rasgada hala de mí y hace que ingrese en la casa. Volver a este lugar es tan reconfortante pero al mismo tiempo me trae miles de recuerdo dulces y amargos pero más dulces que amargos, veo como aquella mujer desaparece en la cocina y unos minutos después reaparece con un cuenco con lo que creo que es agua y algunos paños, seguro para poder limpiar la sangre que tengo en la cara y los nudillos, pero la sangre que tengo no es mia, sino que es de un maldijo hijo de perra que me encontré en el bar en el que me encontraba.

Aún recuerdo el motivo de mi arrebato y tengo muchas ganas de volver a ese maldito agujero porque eso no era un bar, no, eso era un maldito agujero y la gente que lo frecuenta es aún peor que ese maldito sitio. Luego de la pelea que tuve con mi espos... exesposa me largue de esa casa para nunca volver y no se me ocurrió mejor idea que ir a un bar que según los comentarios era el más popular porque allí, solo podía entrar gente con dinero pero tenía que tener por lo menos dos o más cuentas bancarias en el extranjero pero para mí buena suerte conozco al dueño y algunas de las personas que forman parte del circo.

Cuando llegue me senté en la barra y pedí algo fuerte, no me importaba lo que fuera solo queria olvidar las últimas horas de mi miserable vida, el barman me dio una bebida de un color ambarino que llegue a pensar que era whisky pero al momento de beberlo me di cuenta que no era eso y cuando le pregunte que era me dijo que era una receta de la casa. No sé cuántos malditos tragos me tome pero con cada vaso el recuerdo de lo que paso me llegaba con más fuerza, me sentía algo mareado ya pero no me importaba porque solo queria que todo saliera de mi cabeza, queria que el alcohol tuviera un efecto de sedante para mi cerebro pero eso jamás paso.

Cuando me disponía a marcharme escuche como algunos hombre que si mal no recuerdo eran unos empresarios muy importante y creo entre ellos se encontraba un accionista de la empresa de mi madre pero no les tome importancia hasta que escuche el nombre de Megan en la asquerosa boca de uno de ellos, ese hombre estaba diciendo sus fantasías con mi mujer, como le encantaría tenerla en la cama y demostrarle lo que es el placer de verdad. Al escuchar todo vi rojo, me acerque hasta ellos y algunos de ellos al verme palidecieron pero el maldijo hijo de puta seguía hablando de mi mujer como si ella fuera una maldita cualquiera y fue entonces cuando todo el caos se desato, mi puño impacto en la mejilla de ese imbécil y luego de eso fueron más y más puños.

No puedo negar que él maldito sabe defenderse pero yo fui más rápido y fui quien más golpes dio, él apenas pudo darme algunos golpes en el rostro y en el cuerpo pero nada que no pueda soportar, pero aun quiero volver y arrancarle la lengua para que jamás vuelva a nombrar a mi esposa o mejor dicho mi exesposa. La voz de la mujer que tengo delante me saca de mis pensamientos cuando me pregunta que fue lo que paso pero yo no le respondo porque de cierta manera siento vergüenza de mis actos frente a ella, porque sé que a ella jamás le ha gustado mi lado salvaje.

–Yo no te crie de esa manera Ethan –musita mi madre –jamás acepte la violencia y ahora mucho menos, eres un hombre casado...

–Era –la corto y ella parece perpleja por mi respuesta –era un hombre casado, mamá. Ahora soy un hombre libre que...