Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔

Capitulo 38: ¿Dónde están?

Megan.

–¿Quiere pasar? –me pregunta el oficial.

–¿Tengo que hacerlo sola? –el oficial me mira dubitativo –quiero pasar con mi esposo, él también está implicado. Además es mi abogado.

El oficial asiente y yo suelto el aire que había estado reteniendo, me vuelvo por el pasillo para ir en busca de Ethan, realmente no quiero enfrentarme a Kenia yo sola, cuando veo a Ethan, él se levanta de su asiento y camina con prisa hasta donde me encuentro. Le explico que han dejado que pase conmigo y él me dice que no tiene problema en acompañarme, que todo lo contrario se siente más aliviado de hacerlo.

Me alegra que sea él quien me haya acompañado, igual han venido Troy, mi abogado, Emmet, el otro abogado que está ayudando con este caso y el padre de Ethan. Su madre no está aquí porque se ofrecido a quedarse con los niños y lo agradezco porque April no les tiene mucha paciencia a los trillizos y ellos a ella tampoco, mi relación con Ethan ha mejorado y no hemos firmado el divorcio, decidimos intentarlo pero despacio.

Cuando entramos a la habitación en donde se supone que va hacer el tonto enfrentamiento me doy cuenta que solo está un hombre mayor con lentes y traje italiano, supongo que es el abogado de Kenia pero ella no está por ningún lado. Me siento en el otro extremo de la mesa y a mi lado se sienta Ethan, me toma la mano y la aprieta un poco para demostrarme que está conmigo y que no debo de tener miedo a nada.

Dos hora después seguimos esperando a que llegue Kenia, su abogado la ha llamado una infinidad de veces pero ella no le ha respondido, no puedo creer que haya armado todo esto para que después no se presente, realmente no la entiendo. El juez ha dicho que si Kenia no se presenta en los próximos cinco minutos cerrara el caso y será a favor de nosotros, y Kenia podría ir a la cárcel por tentativa de homicidio y le darían de diez a veinte años de cárcel.

Los cinco minutos han pasado y Kenia no se ha presentado, el juez dijo que luego daría la sentencia y que nos informaría o más bien a nuestros abogados, cuando el juez estaba por retirarse de la habitación la puerta se abre con brusquedad y el oficial presente desenfundo su arma y apunta directamente al padre de Ethan, ya que fue el quien entro de esa manera tan abrupta. La cara del padre Ethan era una mezcla entre horror y susto, con rapidez aparecieron otros oficiales y se abalanzaron sobre él pero Ethan fue a su rescate y yo lo seguí.

–Es mi padre –aclara Ethan –no hará nada malo, yo me hago cargo de él.

–Lo sentimos señor pero...

–¡Deben ir a la casa ya mismo! –sentencia el señor Caleb –¡YA!

–¿Qué paso? –pregunte con temor a saber la respuesta –Dígame que los bebés están bien, dígame que no a pasa nada malo.

El señor Caleb guarda silencio y sé que está buscando las palabras para decirnos que es lo que está pasando y cuanto más tarda sé que es peor la situación, el señor Caleb me mira y una lagrima corre por su mejilla entonces sé que ha pasado algo horrible. En ese mismo momento un gran dolor y vacío me llena el pecho, tomo el brazo de Ethan y lo presiono con mucha fuerza, él hace que lo suelte para luego envolverme en sus brazos y es cuando rompo en llanto. Es un llanto tan desgarrador que me duele todo el cuerpo por el grito y las lágrimas que he empezado a derramar.

Antes de caer al suelo Ethan me toma entre sus brazos y le pido, más bien le ruego que me lleve a ver a mis hijos, quiero ver que están bien y que lo que el señor Caleb no me ha dicho es otra cosa como que se ha roto un caño de agua o que han quemado la cena, o cualquier otra cosa pero que mis niños estén bien. Empujo a Ethan y hago que me baje de sus brazos, cuando mis pies tocan el piso mis piernas me fallan pero con rapidez Ethan me vuelve a sostener y ahora me ayuda a caminar, salimos del edificio en donde nos encontrábamos y el frio choca en mis mejillas.