Capitulo 26: Una perdida y una sorpresa

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–Más rápido, bonito.

Muevo mis caderas con más velocidad y hago lo que ella me pide, me encanta verla gozar mientras le hago el amor, me encanta tocarle los senos y escuchar aquel gemido de placer que me regala por hacer eso pero sobre todo me encanta estar dentro de ella y sentir su estrechez. Hacer el amor con ella es tocar el cielo con las manos, Megan es la mejor amante que he tenido en mi vida y es la mujer de mi vida, no quiero volver a perderla, no quiero volver a sentir aquel vacío que sentí mientras estuvimos separados por tanto tiempo.

Siento como sus paredes vaginales se contraen y eso solo quiere decir que está en su límite del placer, bajo la velocidad de mis embestida porque quiero que esto dure para siempre, quiero que nos lleve horas demostrarnos todo el amor que nos tenemos. La escucho quejarse pero no le presto tanta atención, me separo de su cuello para poder mirarla a los ojos, esos ojos grises de gato que tanto amo y que hipnotizan.

Mi mirada se encuentra con la de ella y no puedo evitar sonreír como un idiota enamorado y es como me siento, porque siempre estaré enamorado de esta increíble mujer, no recuerdo porque nos peleamos hace meses atrás, no recuerdo nada que nos haya podido separar. Beso sus carnosos labios y me tomo todo el tiempo del mundo en hacerlo porque aún extraño sus besos, a pesar que pasamos horas besándonos aun los extraño y además sus labios son mi mayor adicción, aun mas que el alcohol que tomaba para olvidarme de ella.

Me separo de sus labios para poder tomar algo de aire, nuestras miradas se vuelven a conectar pero ninguno dice nada, solo nos miramos como si de ello dependieran nuestras vidas y creo que es así, beso la punta de su nariz y luego continuo bajando por su cuello, dejo besos húmedos en él y me tomo mi tiempo. Sigo bajando hasta llegar al nacimiento de sus pechos, beso la punta de sus pezones y la escucho gemir para mí y sé que es solo por mí.

Con delicadeza comienzo a mover nuevamente las caderas, ella suelta más gemidos y eso es música para mis oídos, torturo sus pechos con mi boca y dedos, ella es solo placer y lo sé porque me lo hace saber con sus gemidos y como su espalda se arquea sobre el colchón. Se retuerce sobre la cama y eso quiere decir que quiere que la haga correrse como jamás nadie lo lograra, dejo sus hermoso y perfectos pechos y coloco mis manos sobre sus caderas para poder tomar más fuerza en mis embestidas.

–¡Ethan! –jadea ella y eso hace que el orgasmo se acelere –estoy... estoy a punto...

–Hazlo para mi preciosa –le digo con la respiración acelerada –dame lo que tanto me gusta, correrte alrededor mio.

Y eso fue suficiente para que ella llegara al clímax, siento sus espasmos del increíble orgasmo que tuvo y todo gracias a mí. Doy algunas embestidas más que son torpes pero me derramo dentro de ella y mientras lo hago digo su nombre, porque ella es la única responsable de que me sienta tan extasiado en este momento.

Me dejo caer de espalda a la cama y cierro los ojos porque aún siento los espasmos del orgasmo que tuve por ella, no puedo creer lo increíble que es hacer el amor con ella y creo que por un momento lo había olvidado porque lo que las mujeres me daban hasta ahora era simple sexo, pero lo que acaba de ocurrir entre nosotros fue algo mágico y perfecto. Siento que ella se para de la cama y el pánico se apodera de mi porque no quiero que se vuelva a separar de mí, abro los ojos y me paro de un salto de la cama para poder tomarla del brazo, cuando lo hago me llevo una gran sorpresa.

–Eres un idiota –me grita –¿Por qué lo hiciste?

–Lo siento... –espeto con pena –esta con la cabeza en otro lugar. Lo siento, Kenia.

–¿Qué es lo sientes? –me pregunta con enojo –¿haber dicho su nombre mientras de corrías dentro de mi o haber pensado siempre en ella mientras teníamos sexo?

Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔Where stories live. Discover now