Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔

Capitulo 29: Lucha

–¡Mi abuela se volvió loca! –grite con frustración –¡¿Cree que dejare que tú me des ordenes?

Megan estaba parada frente a mí y parecía no creer lo que acaba de escuchar pero eso no me importo porque mayor era mi frustración que lo que a ella le pasaba, intente abrir nuevamente la puerta pero no cedió y eso hizo que mi enojo creciera aún más. Busque algo que pudiera ayudarme a abrir la maldita puerta, necesitaba que el abogado Hamilton me dijera que lo que acababa de leer era una maldita broma, esto tenía que ser una maldita broma.

–¡No te quedes ahí parada! –le grite a Megan mientras buscaba en los cajones del escritorio algo que me sirviera –¡Mueve tu enorme barriga y fíjate como puedes ayudar!

–¡Basta! –grito Megan e hizo que detuviera mi búsqueda, ella no volteo a verme –¡¿Crees que queria esto?! ¡Pues no!

Quise responderle algo pero no sabía que responder, realmente no supe que más decirle para lastimarla y no sabía porque, vi que Megan saco algo de su pequeño bolso que ni quiera me había dado cuenta que lo tenía y en cuanto me di cuenta que era su teléfono lo que había sacado ella ya había marcado algunas teclas con rapidez. Unos minutos después escuche pasos detrás de la puerta y a continuación esta se abrió mostrándome a una April con preocupación en sus ojos, me fulmino con la mirada y luego abrazo a Megan.

Me pareció ver que April le dijo algo a Megan y esta tenso todo su cuerpo pero solo asintió con la cabeza y luego ambas salieron del despacho, las seguí pero no por gusto sino porque ambas caminaron en dirección a la sala. Cuando llegamos allí estaba toda mi familia y el ambiente estaba tenso, recorrí con la mirada toda la sala y mis ojos encontraron a quien no pensé y mucho menos en la casa de mi abuela.

–¿Qué haces aquí? –pregunte con enfado –¿Quién mierda te dejo entrar?

–Ethan por favor –me pidió mi padre.

–¿Por favor qué? –pregunte sin quietarle los ojos de encima a ese imbécil –¿Qué hace este idiota en mi casa?

–Vine a buscar a Megan –dijo aquel tipejo y se paró del mueble en donde se encontraba sentado –pero ya no vamos.

Todas las mirada cayeron en Megan y ella no levanto la vista, sabía que se sentía apenada por toda esta situación y más por lo que puedan pensar mis padre de ella, sé que suena horrible pero Megan nunca quiso que mis padres pudieran tener la imagen equivocada de ella. Vi como aquel hombre tomaba a Megan de la mano y ella lo dejo, eso hizo que viera todo aún más rojo, queria gritarle a ella por dejar que aquel idiota le llevara así como así, cuando aún teníamos que hablar sobre la carta que nos dejó mi abuela.

–Ella no ira a ninguna parte –espete en tono frio y tome a Megan del otro brazo –aún no hemos terminado de hablar.

–Suéltala –me exigió en tono serio aquel hombre.

–¿Qué harás si no lo hago? –desafié –ya te la coges cada noche, qué más da si solo se queda unos minutos conmigo ¿tienes miedo que recuerde lo bueno que puedo ser yo en...

No pude terminar de hablar porque sentí un fuerte golpe en la mejilla derecha y caí de culo al piso, escuche el gemidos de horror de mi madre y tía –creo–, me pare con prisa y me tire encima de aquel desgraciado que me había golpeado, le devolví el golpe con más fuerza. Se que este hombre es el doble de grande que yo pero no me importa porque no dejaría que este idiota vuelva a ponerme una mano encima. Los golpes iban y venían, debo admitir que este grandulón no sabe pelear muy bien, yo estaba encima de él y estaba a punto de darle un certero golpe en la cara cuando sentí que alguien me tomo por los brazos y me saco de su encima, intente zafarme pero no lo logre.