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La botella había quedado vacía sobre la mesa, y las latas de cerveza estaban esparcidas a su alrededor. Aitana, que se tambaleaba un poco a causa de todo lo que había bebido, apareció de la cocina con una bolsa de basura para ir despejando la sala.

—Aitana, dame esto —dije levantándome y agarrándole el brazo. —Tú vuelves a la cocina, bebes agua, y te sales al balcón con Amaia y Alfred, que te dé un poco el aire —le indiqué.

Que sí, que ya no era una niña, pero seguía siendo mi prima pequeña y no me gustaba nada verla ebria; por mucho que fuese algo común entre la gente de su edad.

—Te ayudo.

Levanté la vista para encontrarme con los ojos oscuros de Ana, que ya estaba amontonando latas y envases de pizza para meterlos en la bolsa.

Amaia y Alfred habían salido al balcón, y Nerea estaba en el baño, seguramente preparándose para salir.

—Ha vuelto la brigada de limpieza —dijo riendo, recordando como siempre éramos las mismas quiénes nos poníamos a limpiar o a ayudar cuando nos invitaban en algún sitio.

—He estado muy sola con esta tarea, compañera —bromeé yo, agachándome debajo de la mesa para comprobar que no había nada en el suelo. Me levanté a tiempo para verla frente a frente y seguir hablando. —Me alegro de que hayas vuelto.

Ella sonrió y levantó el puño.

—Así seremos imparables.

Me reí cabeceando y ella se acercó para quitarme la bolsa de las manos y llevarla a la cocina. La seguí y cogí una bayeta húmeda para limpiar la mesa, por lo que las dos acabamos cerca del fregadero bloqueándonos el paso, haciendo el gesto de apartarnos pero moviéndonos en la misma dirección.

Nos entró la risa tonta, seguramente a consecuencia del alcohol.

—¿Nos vamos? —escuché la voz de Aitana, desde el balcón.

—¡Sí cari! —respondió Nerea, que acababa de llegar al salón. —¿Vosotras estáis? —miró hacia el interior de la cocina y nos volvió a ver en una situación algo rara.

Me haría mil preguntas después, pero en aquél momento me daba igual. Ana y yo dejamos de mirarnos a los ojos con dificultad.

—Un segundo, que paso esto por la mesa —dije moviendo la bayeta. —Id tirando si queréis —sugerí, dirigiéndome hacia el comedor.

—Yo te espero —comentó Ana detrás de mí.

—Mejor vamos todos juntos —murmuró Nerea, pero no lo suficiente como para que no la escuchara.


🦋🦋🦋


El Spice estaba a reventar. No sabía si los conciertos de la plaza habían terminado o no, pero lo que estaba claro era que dentro del Spice había como mínimo el doble de gente que habíamos visto al pasar por detrás del escenario de camino al pub.

Rostros conocidos; de amigos del instituto que hacía tiempo que no veía, de gente de los pueblos cercanos que se habían acercado al saber que habría ambiente... Y de todos, solo me podía fijar en el de Ana.

No sé si había sido buena idea o no ponernos juntas para pedir en la barra. No parábamos de reír por tonterías y echarnos miraditas aparentemente inocentes que escondían más de lo que quería reconocer.

Ricky nos había recibido contento y los cubatas que acabábamos de recibir eran totalmente gratuitos. Me alegraba que todos los follones que habíamos podido tener entre Ana, Mimi, y yo, no le hubiesen afectado a pesar de ser tan amigo de las dos primeras. Él siempre se había mostrado neutral y solo se había dedicado a apoyar a Ana, lo cual me parecía perfecto porque yo en su situación habría actuado igual.

Aún me tienes. QLBEPL2 🦋 || WARIAMМесто, где живут истории. Откройте их для себя