❧ 38

3K 173 29
                                    

—¿Quieres más? —pregunté, saliendo de la cocina para mostrarle la copa de vino a Ana.

Yo era más de vino blanco, si es que se podía decir que era de alguno, pero Ana lo prefirió tinto y a decir verdad, era el que más abundaba en el botellero de su casa.

—No, así está perfecto —sonrió la morena, recostada en el sofá, con un pijama satinado granate que no le había visto nunca.

Asentí y volví a entrar, para coger también mi copa y poner las dos en la mesilla auxiliar que quedaba entre el sofá y el televisor. 

Al final, los deseos de Ana acerca de pasar una noche tranquila, se iban a cumplir. Sus padres estaban fuera y Clara se había quedado dormida antes de lo que nos pensábamos. La niña tenía mucha energía, pero supongo que el desgaste de aquél día había sido importante. La habíamos trasladado a su cama y habíamos dejado la película en pause, antes de sacar el vino.

Me senté a su lado y volvimos a darle al play. Era una película de adolescentes de instituto por la que, al parecer, Clara tenía una cierta predilección. Ana ya la había tenido que ver por lo menos tres veces, pero como ya la habíamos empezado, decidimos verla acabar; aunque también sabíamos que seguramente, no le prestaríamos mucha atención. 

—Voy a bajar el volumen, ¿vale? —anunció Ana, inclinándose para alcanzar el mando. —Si les escucho cantar esa jodida canción una vez más voy a romper el televisor.

—¿Quieres que la quitemos? —pregunté divertida.

—No, es que el número final me gusta —reconoció con una sonrisa incipiente.

—Ya, ya... Menuda estás hecha —me reí.

Nos callamos brevemente, yo recostándome bien en el sofá, y Ana tarareando la canción que sonaba en la peli, la que había dicho odiar. La observé y me reí disimuladamente.

—¿Qué pasa? —preguntó ella, distraída.

—Nada, nada —cabeceé. —Qué eres muy mona —dije finalmente, tumbándome un poco encima suyo y dándole un pico rápido.

La expresión de Ana se suavizó y me sonrió de vuelta antes de besarme otra vez.

—Miri...

—Dime —respondí, mientras Ana jugaba con mis rizos. 

—Esta tarde, cuando me has insistido para que hablara con Mimi, me he dado cuenta de lo mucho que ha cambiado nuestra relación con los años. En plan... Si se hubiera dado una situación así la primera vez que estuvimos juntas, creo que antes te hubieras ido a por yeso y ladrillos y hubieras creado un muro a mi alrededor para alejarla de mí, que dejar que habláramos a solas.

—¡Anda, Ana! —reí. —Qué exagerada...

—Pero no tanto, en realidad —bromeó ella.

—Bueno... Sí que es verdad que no me hubiese hecho nada de gracia... Pero no puedes echarme en cara mi forma de comportarme por aquél entonces, todo esto de estar con una chica me venía grande... Y es que ahora estoy muy segura de lo que tenemos, Ana. 

—¿Y qué es lo que te hace estar tan segura? 

—Pues que dos personas no rompen con todo lo que tienen para empezar de cero, si no creen que vale la pena, si no se quieren de verdad. Y creo que esto, nosotras... Lo hemos bordado.

—Totalmente de acuerdo —sonrió Ana, dándome un toquecito en la nariz. —Pero tú sabes que entonces también nos queríamos mucho, ¿No?

Aún me tienes. QLBEPL2 🦋 || WARIAMWhere stories live. Discover now