Cliché

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POV POCHÉ

La sed que sentía era infernal, el calor hacía en la habitación era exorbitante; removí la sábana que tenía sobre mi cuerpo abriendo los ojos al sentir que la chica con la que había estado la noche anterior seguía ahí.

¿Cuál era su nombre?

Sujeté mi cabeza negando, no lo recordaba.

Me puse de pie para asomarme por el ventanal de la habitación, que buena vista se tenía de la ciudad desde ese hotel; inmediatamente busqué mi ropa, comencé a ponerla escuchando como tocaban la puerta.

—¿Sí? —me acerqué intentando saber de quién se trataba, no había pedido un servicio ni nada parecido.

Me coloqué la playera que llevaba la noche anterior y aún sin pantalones, en ropa interior, abrí la puerta después de ver quién era.

—¿Nos vamos? —preguntó la castaña que estaba afuera. Su aspecto dejaba bastante que desear, —¿Poché? —me llamó con duda al ver que no había contestado.

—Claro —le pedí que entrara —Voy a buscar mi pantalón.

Ella asintió recargándose contra la puerta mientras yo regresaba a la cama, ¿Dónde se había quedado el resto de mi ropa?

Removí las sábanas notando que la morena con la que había dormido estaba sobre él. Lo jalé con delicadeza, no necesitaba que despertara; ella al sentir el movimiento se volteó quedando boca arriba sobre la cama sin absolutamente nada que cubriera su cuerpo.

Me distraje ligeramente mirándola, sus senos eran increíblemente grandes, el abdomen lo tenía marcado y sus piernas notaban el ejercicio que hacía. Negué recordando que mi amiga me esperaba así que terminé de vestirme.

Caminé a la mesa de noche en la que había dejado mis pertenencias para en seguida ir a donde Pau.

—¿Ya? —preguntó en medio de un bostezo.

Asentí terminando de poner mi chamarra.

Abrí la puerta dejando que saliera, cerré por fuera caminado a su lado en dirección al elevador.

Sin más comenzamos a reír al darnos cuenta de que una vez más lo habíamos hecho.

—¿No notó cuando saliste? —le pregunté recargándome en una de las paredes del ascensor.

—Obviamente no, ¿Y ella? —negué volviendo a reír.

Era la segunda vez en la semana en la que hacíamos eso, pasar la noche con alguien y después escabullirnos sin dejar rastro.

—¿Crees tener problemas con tus papás? —cuestionó mientras bajábamos del elevador, habíamos llegado al lobby.

—Mi papá —la corregí mirando como levantaba los hombros.

—Como sea —pronunció cuando llegamos a la entrada.

—No creo que sea de su interés, es más no tiene por qué tener problema —contesté mirando el celular, había pedido un servicio de Uber.

—Es la segunda vez que le damos la vuelta a tu chófer —su comentario me hizo reír, la verdad Roi era muy fácil de manejar.

Comentamos un poco más sobre la noche que habíamos tenido mientas esperábamos a que llegara el auto en el que nos iríamos.

—¿Vamos para tu casa? —negué mientras veía como la camioneta había llegado.

El hombre del Uber se bajó a abrirnos y en seguida volvió a tomar el mando del volante.

Neptuno 26 | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora