Frappe

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—¿Viste a Valentina? Ya nos vamos a ir —suspiré al saber que no había visto nada, de lo contrario estaría armando un gran espectáculo.

—No tengo idea —le respondí haciendo de lado a Pau.

—¿Paula, tú no la has visto? —se dirigió ahora a mi amiga.

—Me llamó Paulina y no la he visto —contestó seria intentando tomar una de mis manos.

—Bueno, me voy despidiendo —se acercó a mí y a mí acompañante para después volver a la casa.

El silencio que se generó después de aquello entre Pau y yo era incómodo, hasta que volvió a tomar la palabra.

—¿Estás segura de lo que me dijiste? —levantó una de sus cejas jugando con sus dedos.

—Entiende que es por el bien de ambas —traté de encaminarla a mi punto.

—No, tú entiende que yo te quiero y no hay nada que necesite más que tenerte, pero si tú no lo ves de esa manera no haré más al respecto —suspiré viendo como volvía a caminar hacia la salida de la residencia.

—Pau, no quiero que dejemos de ser amigas, lo único que te pedí es que ya no pasáramos de eso —intente explicarle, jamás pensé que se pusiera de esa forma.

—Como digas, Garzón —escupió tomando lugar en la camioneta, —Llévame a Malibú, —Fue lo último que escuché antes de ver como el vehículo se alejaba.

-

La semana corrió y como era de esperarse el viaje con Paulina se canceló, desde la tarde que peleamos no volvimos a hablar, la extrañaba mucho. El tiempo a solas me hizo reubicarme del lugar en el que estaba, de la gente que me rodeaba y si el estilo de vida que tenía era el adecuado, el que más me gustaba. Y lo era, de no ser porque todo me parecía plano.

Vi un par de veces a Laura, salimos a comer y estuvimos en su casa, pero ya no pasó nada más. Mi bajo apetito sexual con ella se debía a que la cara de la castaña aparecía en su cuerpo, y aunque no había punto de comparación porque Daniela era una diosa, las situaciones que pasaron con ella en relación con Laura seguían tan presentes y no estaba segura de querer borrarlas.

—Esta noche me citaron en Neptuno 26 —el comentario de Laura hizo que despegara mi vista del celular, —Es para acordar la forma en la que usarán mi imagen y ver los días de trabajo —asentí dejando toda mi atención en su plática, —¿Me acompañarás?

Evalúe por un momento su petición, aceptando aquello en seguida, la idea de volver a Neptuno me agradaba, era eso o esperar encontrarme con Daniela lo que me quería hacer ir.

—Bueno, me daré una ducha para después ir a comer y más tarde ir a la reunión —comentó acercándose va mi para dejar un beso en mis labios, —¿Vienes?

—Quedé en llamarle a mi papá, te espero aquí —mencioné esperando convencerla, aunque sabía que estaba evitando tener algún contacto físico con ella.

Dejando un nuevo beso se alejó hasta el cuarto de baño, volví a mi celular y ahí me entretuve hasta que estuvo lista.

-

Con ayuda de Roi nos desplazamos a uno de sus restaurantes favoritos, en dónde después de comer y hablar sobre la película de mi papá tomamos caminó a Neptuno.

Se dieron las siete en punto de ese jueves, el lugar estaba solitario, además de que solo abrían los viernes y los sábados.

Bajamos de la camioneta y un joven que no había visto por esos rumbos nos saludó.

Neptuno 26 | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora