Ego

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Entré al asiento y de un portazo cerré, puse el auto en marcha con la mirada de esa chica en mi cabeza.

Conduje mirando por el retrovisor, estaba cumpliendo lo dicho.

—¿Tienes algo con esa chica? —preguntó mi acompañante.

—No —me negué sin pensarlo.

—Desde ayer, tu forma de ser cambia cada que ella aparece —la miré con confusión, claro que no era así.

—No te hagas esas ideas, nunca estoy con alguien más de una vez, solo contigo —sonrió tomando una de mis manos.

—Lo sé, solo que no me gusta cómo es —asentí cambiándole el tema.

—¿Qué te dijeron en el club?

—Neptuno está por cumplir su tercer aniversario, están interesados en que preste mi imagen para la promoción que harán, pero tengo lo de la película de tu papá —fingí prestar atención en su plática, pero realmente tenía la vista en la camioneta que nos seguía.

Aparqué el auto en el garaje de una de la casa se Beverly Hills perdiendo de vista a Daniela.

Bajamos del auto y justo cuando íbamos hacía el portón de entrada volví a verla, el abrazo de Laura no se hizo esperar y con ello entramos a la propiedad.

Aventó las cosas que tenía sobre la sala y me llevó con ella a su habitación.

—Tengo muchas ganas de ti —susurró besando mi cuello.

Por más que intentaba concentrarme era imposible y eso me frustraba, sentí las manos de la chica sobre mi cintura con la intención de quitar la sudadera que traía, sin poner tanta resistencia dejé que lo hiciera.

-

Me removí sobre la cama al escuchar que mi celular vibraba, miré a mi lado a Laura durmiendo plácidamente, físicamente me gustaba mucho, su cabello negro me resultaba bastante sexy, aunado al cuerpo que tenía.

Tomé el móvil de la mesita de noche que tenía a mi lado y deslumbrada por el la pantalla táctil observé mis notificaciones.

Paulina (4)

Poché.

¿Sigues donde Laura?

Taylor me escribió, no sé cómo carajos consiguió mi número, pero dice que Daniela te está esperando y que no planea irse hasta que la veas.

¿Qué mierda?

Recibido 3:32 AM.

¿Qué mierda?, repetí para mí; habían pasado tres minutos de su primer mansaje, me parecía absurdo que la castaña siguiera afuera de la casa de Laura, era demasiado tarde.

Despacio, para que la morena no lo notara me escabullí de la cama buscando donde había quedado mi ropa; en cuanto me la puse pasé al baño, ahí remojé mi cara y me aseguré de que mi aspecto no luciera tan desarreglado.

Tomé el celular y rápidamente contesté a mi amiga.

Paulina

Estoy en casa de Laura, iré a ver si Daniela aún está afuera.

Enviado 3:38 AM.

Guardé el teléfono en la bolsa trasera de mi pantalón y me volví a poner la sudadera, partí de la habitación siendo silenciosa, hasta llegar a la entrada principal.

Neptuno 26 | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora