Día 9. Patinaje sobre hielo.

284 33 3
                                    


Día 9. Patinaje sobre hielo.

Llevaba una rosa roja entre sus manos junto a una carta. Su plan era entrar a su habitación, poner la rosa en un vaso con agua y la nota a un lado, solo esperaba que ella pudiera verla y que no le dejara plantado como Ladybug lo hizo en su momento.

Cuándo llegó a su balcón, abrió la trampilla y se asomó para asegurarse que su Princesse aún no hubiera llegado de su salida con Alya. Esa tarde había escuchado que ambas asistirían al cine junto a las demás chicas. Y él había hecho sus cálculos y Marinette no llegaría hasta las cinco de la tarde.

Entró de manera sigilosa a su habitación, caminando de puntitas, en caso de que alguno de sus padres estuviera en el piso de abajo, no quería advertir su presencia. Pensarían mal de él.

Esa misma tarde había acudido a la pista de patinaje a hablar con su amigo Philippe, lo increíble era que ese hombre vivaracho es amigo de sus dos partes. De Adrien porque él ayudó en que el alcalde no cerrará la pista, y de Chat Noir, porque en lo que Ladybug hacia su aparición, ambos se habían dedicado a proteger a santaclaus de los juguetes vivientes de Maître Noël.

—Entonces... ¿Me permites traer a mi cita a la pista esta noche?

—Sabes que la pista cierra a las seis en punto.

—Lo sé, pero es que este sería un lugar romántico—porque fue cuando la primera punzada de celos salió a la luz. No le gustaba ver a Luka y Marinette juntos—por favor Philippe, haré que más personas vengan a inscribirse.

El patinador pensó por unos minutos la propuesta que el héroe le daba. No faltaba mucho para que el alcalde volviera a intentar cerrar la pista. Eso era seguro.

—Puedo venir a las clases—Insistió. Pensando en cómo haría con su horario en caso de que el hombre decidiera aceptar ese cambio.

—París te puede necesitar en cualquier momento—Negó—con una foto bastará, así le hizo el joven Agreste y fueron buenos resultados los que se dieron.

—Un video. Como sabes, no tengo redes sociales—se encogió de hombros y el hombre asintió encantado.

Después de grabar el video, le entregó las llaves de la pista. Recordándole que cuando se fuera, no se olvidara de cerrarla y que lo viera en la mañana para la que le devolviera las llaves. Cosa que el héroe mantuvo como promesa.

Al llegar a su habitación, lo primero que encontró fue la hermosa rosa roja que su Chaton le había dejado. La llevó a su nariz, disfrutando de esa exquisita Fragancia. Después vio la nota que él le había dejado.

—¿Es un cita? —arqueo la ceja la azabache al leer la parte que decía «Te espero en la pista de patinaje a las 8».

—Sí, creo que sí —La Kwami roja leyó la carta con ojos sorprendidos—Creo que es oficial que ya dejó de sentir algo por Ladybug—Incluso por Kagami. Comentó para sus adentros.

—Sí—la azabache tenía una enorme sonrisa.

Después de un rato, había salido de su casa con unas medias negras y botines, llevaba un vestido verde obscuro que le llegaba arriba de las rodillas, con un cinturón negro y un suéter negro que llegaba a la rodilla. Esa noche decidió dejar su cabello suelto. Había avisado a sus padres que saldría con el felino, y que se quedarían de ver en la pista. Tom en especial, no había puesto ninguna objeción, ya que se había dado cuenta que los sentimientos del héroe estaban cambiando. Después de todo, él sí era el caballero que podría tener a su princesa.

Había llegado 10 minutos después de la hora acordada—había calculado mal sus tiempos—, pudo notar que el felino, se encontraba sentado en la banqueta, ella estaba en sus espaldas y podía apreciar que estaba preocupado.

Lo escuchó suspirar.

El chico por su parte, había llegado 10 minutos antes de lo acordado, y ahora llevaba 20 minutos en los que esperaba que su Princesse no lo dejara plantado, no le gustaría la idea de que ella no hubiera visto la carta. Pero se trataba de. Marinette, puntualidad, precisamente no era una palabra que la describiría. Y algo llegó a su mente. ¿Qué tal si al cine también. Había asistido Luka? Él estaba seguro de que el guitarrista era el chico que esa vez en el balcón, Marinette había mencionado, cuando a él lo había plantado Ladybug. ¿Qué tal si después del cine, se había ido a una cita con él?

Supiro resignado. Por supuesto que él no le gustaba a Marinette, ella le había dicho en esas noches que la iba a visitar, que era un buen amigo. Y esa frase le recordaba a lo que él como Adrien, le repetía a Marinette en el collège.

Pero sintió como unas manos le tapaban los ojos. Su primer instinto fue apartar a esa persona, pero una parte de él, se sentía feliz, porque sabía que su Princesse había llegado.

Estaba aliviado, no estaba con ese cabellos de brocha.

—¿No creerás que no llegaría o sí?—dijo a su oído. Y él sonrió.

—Puntualidad. Precisamente no es tu segundo nombre, Princesse.

—Minino listo.

Quito sus manos y él pudo observar lo hermosa que se veía esa noche, aunque siempre era hermosa, pero esa vez era una ocasión para ellos dos, sin Kagami o Luka de por medio.

Hizo una reverencia, la cual fue correspondida por la chica, y después, ambos entraron a la pista, ella iba tomada del brazo del chico.

[...]

—¿Sabes? Soy algo torpe para esto del patinaje—decía la azabache mientras se colocaba los patines.

Eso era cierto, pero noto que cuando era Ladybug, y Tikki había comido el magicaroon con los poderes de hielo, el patinar era pan comido.

—No dejaré que caigas Princesse—Él había terminado de colocarse los patines, era una suerte que su traje fuera por piezas y no completo como el de sus compañeros. Vio que la chica ya iba a ponerse su segundo patín, pero él fue más rápido y se hinco frente a ella tomándolo en sus manos. —¿Me permites? —Cuestiono con una sonrisa.

La chica asintió con un rubor en sus mejillas, recordándole a la escena de la cenicienta, no de la película animada de Disney, le recordaba al live action, en donde el príncipe le había colocado la zapatilla de cristal. Salió de sus pensamientos al escuchar que Chat la llamaba.

Él tenía su mano estirada frente a ella. Ella la tomó, sin dejar de sentirse nerviosa.

Cuando estuvieron sobre la pista, Marinette olvido que era torpe, el estar tomada de la mano de su gatito, la hacía olvidarse de esos pensamientos en los que ella terminaba de bruces sobre el hielo. Era como cuando se enfrentaron a frozer, tenían una increíble sincronía para la rutina en pareja sobre el hielo.

De pronto, el felino la tomó de la cintura, quedando él a sus espaldas, entonces se impulsó y la lanzó al aire, recibiendo un grito por parte de la chica, cuando la atrapó, lo hizo al estilo nupcial. Ella al instante había posado sus brazos alrededor de su cuello, haciendo que sus rostros estuvieran más cerca de lo que nunca antes habían estado.

Al menos para el felino, la franco-china, sí que había estado en esa cercanía de Chat Noir, incluso más cercana de lo que le gustaría admitir.

El chico la bajo, aún sostenía su cintura, estaba hipnotizado en esos enormes ojos zafiro de la chica, eran realmente hermosos, y ella por su parte, no apartaba la mirada de los ojos de su compañero. Siempre le había gustado mirarlos. La atracción se sentía en el ambiente, y ambos agradecían que estuvieran solos, si no en ese momento serian el blanco de las miradas de muchos.

Intercaló su mirar en los labios de la oji-azul, de pronto le apetecía mucho probarlos, tan rosados y seguramente delicados...

Sonrió al notar las intenciones del chico, en verdad deseaba que él tomara la iniciativa, pero también sentía que estaba dudando. Se acercó a él, poniéndose de puntitas porque era una cabeza más alto que ella, y apenas habían rozado sus labios, cuando resalaron y cayeron al hielo. El felino hubiera caído sobre su princesse, pero en la marcha, había logrado voltearla, de forma que la caída de ella fue amortiguada por su cuerpo.

—Uh...¡Lo lamento tanto Minou! —se intentó levantar, temiendo que le estuviera haciendo daño, pero el chico la tomo de la mano y la atrajo de nuevo hacia él, volviendo a unir sus labios.

Sí, eran suaves y muy delicados, tal y como lo había predicho, pero de alguna forma, le resultaba familiar ese beso. El hielo comenzaba a quemarle, pero no importaba si podría seguir disfrutando de ese elixir que esa dulce chica le brindaba. Se movían en una perfecta danza.

—En verdad tenemos que levantarnos, no quiero que te enfermes—fue lo primero que dijo al separarse del beso. El chico sonrio, porque pudo haberle dado un golpe por su atrevimiento, pero en esos segundos que se habían besado, ella estuvo pensando en su bien.

—No me importa si así recibo otro beso tuyo.

—Gato bobo—le dio un pequeño beso de pico—ahora levántate.

Le ofreció su mano y Él la acepto, intentando no tirarla al momento.

Al estar los dos de pie, ninguno se quiso soltar de las manos, continuaron disfrutando de la noche, entre risas y muestras de cariño. La azabache no se imaginaba como era que había estado rechazando a su gatito todo ese tiempo sí Adrien seguía repitiendo que sólo era una amiga, y El oji-verde se arrepentía de decir esas palaras a la azabache, Ladybug nunca lo vería más allá que una simple amistad, en cambio Marinette, ella sí correspondía a sus sentimientos, y lo mejor de todo. Lo entendía.

。☆✼★━━━━━━━━━━━━★✼☆。

Algo un poco contradictorio este último párrafo, pero bueno, no me sorprendería que eso pasara en la serie, posiblemente por algo decidieron matar el Marichat en el capítulo de Papa Garou.

Ya está publicado en Wattpad, por si quieren pasar a leer y dejar sus estrellitas y comentarios nwn

๑✧Cнαтσυиεттε•ೋ

Mayo de MarichatWhere stories live. Discover now