Día 27. Robin Hood.

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Cuándo vio que su princesse estaba en peligro, una sensación de ira comenzó a crecer dentro de él.

En primer lugar. ¿Que hacia ella a altas horas de la noche, caminando por las solitarias calles de París?

La había visto salir de la casa que supuso que era de su mejor amiga, entonces decidió que era una buena idea seguirla hasta su casa, sin que ella se diera cuenta, después de todo, no sería bien visto que Chat Noir, el ladrón más buscado de París, estuviera de tras de una damisela.

Aunque eso no le hubiera importado mucho, la mayoría de la gente no tenía idea de cómo lucia, él era conocido por dejar notas en los lugares que había asaltado, era como un Robin Hood, robaba a los ricos para darle a los pobres. Aunque era verdad que él no necesitaba eso, fácil podría robarle a su père y él no se daría cuenta. Él hacía eso de ser ladrón, sólo para llevar la contra a su vida perfecta.

Tampoco lastimaba a nadie, pero en esta ocasión, esos ladrones que habían acorralado a la franco-china con intenciones de robarle y quien sabe que otras cosas, se merecían la golpiza que les había propiciado y más, incluso había arriesgado a que lo vieran por primera vez desde que se supo de él.

Pero no importaba si se trataba de la chica que llevaba amando desde que entró al collège.

Ahora, se sentía mejor al tenerla en sus brazos, y ella se sentía a salvo. Tenía a Tikki en su bolso que ellos le habían arrebatado, no sabiendo si podría transformarse y con eso revelar su identidad ante esos maleantes, pero le alivio que Chat Noir la estuviera siguiendo. Se había dado cuenta prácticamente desde que salió de casa de Alya.

Su amistad de ellos dos era algo extraña. La primera vez que lo vio, fue cuando en una noche de lluvia, el se había ofrecido a llevarla hasta su casa, aparecio justo antes de que ella se transformará en Ladybug. Desde ahí el iba de ves en cuando a visitarla a su casa y ella en muchas ocasiones le había cuestionado su estilo de vida, pero lejos de que él fuera Ladrón y ella Heroina, ya le había agarrado mucho cariño. Incluso cuando estaba con él, se olvidaba de su misión. Le habían otorgado el Miraculous de la creación para así poder recuperar el Miraculous de la destrucción, que había estado perdido durante años y apenas había sido activado, y no para hacer el bien.

—¿Cómo te sientes, Princesse ? —Cuestionó una vez que habían llegado al balcón de la chica.

Ella solamente se aferraba a él, sin muchas ganas de soltarlo, no quería separarse de él.

—Gracias... Si no hubieras llegado a tiempo yo... —Decía contra el pecho del felino, y él podía escuchar como utilizaba todo su autocontrol para no llorar.

—Siempre te voy a proteger, Ma Lady—dijo al momento de hacerle cariños en su cabeza, su madre hacia eso con él cuando tenía un mal día.

La de cabellos azabache, ante las últimas palabras del blondo, se tensó.

—¿Lo sabias? —preguntó tímida y con algo de temor, no quería que su amistad se viera arruinada por ocultar la verdad.

—Al principio no, pero Marinette y Ladybug es la única persona que me ha sugerido cambiarme de bando, al del bien, aunque no es tanto mal el que hago, los demás portadores simplemente me piden mi Prodigio—Sonrió, al notar como se relajaba la chica en sus brazos—Además son tan parecidas y ambas me adoran, que fue difícil no relacionarlas.

—Yo no te adoro—mintió. Pero el ojo-verde, lejos de desanimarse, soltó una leve risa.

—Eres una mala mentirosa Buginette.

Depósito un beso en su frente. Él sabía que ella lo quería como Chat Noir, pero sin embargo como Adrien, hace no mucho se había dado cuenta que sí le declaraba su amor, sus sentimientos serían correspondidos, pero primero quería hacer las cosas bien como Chat Noir, quería ganar su corazón, así tenga que devolver su Miraculous.
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๑✧Cнαтσυиεттε•ೋ

Mayo de MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora