Día 23. Almohadas y Mantas.

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Se encontraba en problemas. Ese viernes por la tarde, llegaría su gatito y tendrían su "Vendredi fou", que se basaba en pasar lo que queda del viernes con Chat Noir, jugando Mecha Strike o haciendo otras cosas divertidas, para terminar en la madrugada de sábado, paseando por las calles de París. Pero esa Tarde-noche de viernes, no iba a ser posible. Alya y Nino le habían encargado a Ella, Etta y Chris.

Tendría que cancelar, no era conveniente que los niños supieran que ella y Chat Noir mantenían una amistad. De hecho nadie en París debería de saberlo, aunque había escuchado rumores siendo Ladybug, de que Chat ya la había remplazado por otra chica. Por la hija de los panaderos.

Mientras veía como los niños corrían por su habitación, pensaba en que podría hacer para avisarle sin que los niños lo vieran o escucharan. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar como el chico aterrizaba en techo de su habitación.

—Eh... A-ahora vengo—decía mientras subía a su cama—creo que un gato tiro una maseta. Veré si esta bien—Abrió la tragaluz—No se irse vayan.

Salió de la habitación, dejando a los niños confundidos por su comportamiento. Sonrió al verlos por el tragaluz—una vez que lo había cerrado—y comenzó a caminar hacia atrás sin percatarse que Chat Noir estaba a unos centímetros. Golpeando su espalda contra su pecho fue cuando se percató de lo que estaba haciendo.

—¿Princesse, todo bien ? —se veía preocupado. Sabía que su amiga a veces podía actuar extraño, y esta era una de esas ocasiones.

—Sí es solo que tengo un pequeño incidente—sonrió con nerviosismo.

—¿que sucede? —arqueo una ceja. No podría entenderla si ella no le explicaba lo que estaba sucediendo.

Antes de que la de cabellos azabache pudiera contestar, el tragaluz fue abierto y de este se asomaron tres cabezas, él los reconoció al instante.

—Oh... Así que a eso te refieres.

Marinette asintió con la cabeza.

—¡Chat Noir! —dijeron Etta y Ella al unísono. Aunque Chris les había ganado y era el primero que salió de la habitación de la chia y fue a abrazar la pierna del felino. Después de eso, las gemelas se unieron.

—Tengo que cuidarlos hasta tarde. Sus hermanos están celebrando su aniversario e irán a ver el estreno de una película, así que me tocó ser niñera.

—Lila estaba ocupada—dijo Chris con algo de decepción en sus palabras y con los hombros caidos—pero ahora que estas tú aquí, sera divertido. Ya no me aburriré.

—Auch. —dijo la Dupain-Cheng cruzándose de brazos—no creo que Chat Noir se quede mucho tiempo, así que tendrás que divertirte conmigo.

—Eh... Marinette, no me molesta ayudarte a cuidarlos, en verdad, además es nuestro Vendredi fou—dijo acercándose a ella aun con los niños agarrados a sus pies y la tomó de la mano, llevando sus nudillos a sus labios y besandolos—será divertido, di que sí—bajó su mano al momento en que guiñaba un ojo.

La chica asintió, no podía negarse a nada cuando él se comportaba de ese modo.

Más tarde y al ver que no podían controlarlos—porque su error fue haberles dado chocolate antes de la hora de dormir—, al chico se le ocurrió la idea de hacer un fuerte con almohadas y mantas, sería revivir buenos tiempos.

Tiempo después, habiendo rejuntados todos los cojines y sábanas de la casa de los Dupain-Cheng, lograron hacer una gran casa de campaña. Adentrándose junto a los niños y contando historias, de terror como de fantasía.

—Lo hacía mucho cuando era niño, junto a mis padres—sonrió con melancolía al contarle. Susurraba pues los niños ya estaban dormidos, Chat estaba en una orilla y la Dupain-Cheng en el otro extremo, los niños estaban acostados entre ellos dos.

—¿Porque ya no lo hacen más? —cuestionó, no dándose cuenta de que ese era terreno que al chico le dolía.

—Supongo que crecí—tenia muy en mente las palabras de su compañera de no revelar detalles de su vida fuera de la máscara. Y aunque quisiera contarle todo lo que sentía con respecto a la desaparición de su madre y su desastrosa vida, no se sentía preparado para hacerlo.

Al cabo de una hora se habían quedado dormidos junto a los niño, con sus manos entrelazadas, estaban tan perdidos en su sueño que no se percataron del flash de la cámara.

—Amo el Ladynoir, y el Adrinette, pero si Adrien y Ladybug no se dan cuenta de los sentimientos de estos dos, yo creo que se podrían complementar—sonrió Alya al observarlos—Solo míralos Nino, parecen una pareja.

El chico sonrió negando con la cabeza. Admitía que se veían bien, pero sabía que Marinette se molestaría en cuanto Alya le mostrará la fotografía.

—Es mejor que los despertemos.

Quién diría que años más tardes, se repetiría la misma fotografía, solamente que esta ocasión, Adrien estaría abrazando a Marinette y traería sobre su pecho a la pequeña Emma.

Glosario: ┊Vendredi fou: Viernes Loco┊

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