Capítulo 19

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Hunter

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Hunter

Hace diez minutos que el despertador está sonando. Son las 8 a. m.

Estoy sentado en la cama, con mis pies tocando el suelo, y las lágrimas mojan el pantalón de mi pijama.

Soñé que nada de esto había pasado, que no tenía oscuridad sobre mis ojos, y que seguía siendo ese chico con sueños.

Esa persona que ya no soy, me visitó haciéndome sentir que el sueño era real.

Pero lo que ahora es real, es que me encuentro llorando. Me siento triste, y tengo nostalgia. Mucha.

No sé qué es peor. Si soñar con el accidente, o soñar con mi vida antes del mismo.

Ambos escenarios me llevan a un torbellino de emociones, y me dejan en el suelo vistiendo tristeza o enojo.

Y otra vez el despertador vuelve a sonar. Suspiro profundamente, seco mis lágrimas y apago su molesto sonido que taladra mi cabeza.

Necesito una ducha. Necesito estar un buen tiempo con mi cabeza bajo el agua, sentir cómo me limpia de todo lo que siento.

Me dirijo al baño con pasos seguros y para nada torpes. Ya me estoy adaptando al departamento, eso es bueno. Evitar caídas siempre es bueno.

El agua tibia choca contra mi rostro, y baja por mi cuerpo dándome una sensación placentera. Antes de comenzar con el bañado completo, me quedo varios segundos bajo el agua. Exprimiendo por completo todas las sensaciones que traje, hasta que las mismas desaparecen.

Por suerte, la ducha me sirvió. Me siento mucho más relajado y tranquilo.

Al salir, y una vez vestido, me siento para desayunar. Y mientras como una de las galletas de avena, pienso en que no quiero quedarme encerrado en el departamento. Además, el día de hoy de Paul es bastante largo.

No quiero estar mucho tiempo solo, porque sé lo que ocurre, y la verdad, no quiero pensamientos de ese tipo. Si los puedo evitar, lo voy a hacer.

Salir a caminar parece ser una buena idea. En la radio acaban de decir que va a ser un lindo día, entonces, con más razón no quiero quedarme entre las paredes del departamento.

Cojo mi bastón, el celular y las llaves. Salgo hacia el pasillo, y en cuanto lo hago, un aroma bastante familiar llega a mí. Dulce: Chloe.

—Hey, buenos días —dice y tras su saludo, escucho el sonido del timbre.

—Buenos días, Chloe —le sonrío. Aunque creo que lo estoy haciendo desde que su aroma llegó a mí. Vuelvo a escuchar el sonido del timbre, seguido de un suspiro profundo—. ¿Todo va bien?

—Acordamos con Marie salir a correr. Pero de seguro está durmiendo, sabía que no podía confiar en su palabra. Mi mejor amiga odia madrugar.

Me río cuando vuelve a tocar el timbre. No se rinde.

A través de ti (En físico y en Ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora