Capítulo 40

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Chloe

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Chloe

Las horas siguen avanzando, y la puerta de la sala de operaciones, sigue sin abrirse.

Hay nervios en la sala de espera, muchos nervios. Estamos sentados en silencio, cada uno ahogado en los pensamientos de su propia mente.

La madre de Hunter observa sus manos cruzadas, como si no hubiera nada más interesante. Su marido la observa y le acaricia la espalda, lento, una caricia que parece ser muy reconfortante.

Riley está sentado junto a Paul. Finalmente, el pequeño se quedó callado después de haberle hecho tantas preguntas sobre cómo funciona la operación.

Paul observa el reloj, suspira pesadamente, mira la puerta de la sala de operaciones y vuelve al reloj. He perdido la cuenta de cuántas veces lo lleva haciendo.

Y mientras los observo desde la distancia, mi padre sostiene mis manos y acaricia una de ellas con su dedo pulgar.

Dejo de mirar a todos, y le presto mi atención a lo que está haciendo. Lo hago porque tal acción me lleva a un recuerdo que hace bastante no se presentaba en mi mente.

Cuando mi madre murió, y papá tuvo que darme la noticia, recuerdo que al momento no caí. Solo me quedé en silencio, procesando sus palabras, sintiendo su dedo pulgar sobre mi piel. Hasta que las lágrimas decidieron salir disparadas de mis ojos, y no pude dejar de llorar.

Apoyo mi cabeza sobre su hombro, y él me abraza. Lo mismo que hizo aquel horrible día, abrazarme hasta calmar mi llanto de tristeza.

La puerta de la sala de operaciones por fin se abre, y todos nos ponemos de pie casi al mismo tiempo. El doctor Ezkarra nos observa, suspira y se acerca a nosotros. Espero que ese suspiro no sea nada malo. Realmente lo espero.

-¿Cómo salió todo? -pregunta Paul. El valiente que hace la pregunta a la cual todos le tememos por su respuesta.

-Duró más de lo esperado porque tuvimos varias complicaciones al principio. Por un momento los enfermeros no lo creyeron posible, pero no soy un tipo que se rinde fácil, y pudimos salir de ese trance. Creemos que todo salió bien, no he notado ningún signo diferente a los que ya he visto en otras operaciones como para creer lo contrario. Hay muchas posibilidades de que Hunter vuelva a ver.

En mis ojos pican las lágrimas, y al parpadear, danzan hasta mis mejillas. Lo hacen al ritmo de la felicidad, de la tranquilidad al escuchar tal increíble noticia.

Entre los presentes se hace un intercambio de abrazos, sonrisas y lágrimas compartidas. La felicidad misma nos abraza, la fe, la esperanza.

-¿Qué sigue ahora? -pregunto.

-Ahora hay que esperar aproximadamente tres días para quitarle la venda de los ojos, y comprobar los resultados finales. Luego, los cuidados necesarios. Pero eso se hablará en su debido momento.

A través de ti (En físico y en Ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora