La muerte en otros ojos.

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Esta es la versión de Horu acerca de su muerte.

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Pov. Horu

Mitsune no me dejaba de clavar la espada en mi pecho cuando algo sucedió, perdí mi conciencia en ese momento no sabía lo que pasaba, vi a Dark atacar a Mitsune, Mioru y Orca me veían algo asustados cuando vi que Mitsune se fue Dark, Mioru y Orca corrieron preocupados hacía mi pero lo horrible fue que, estaba ahí, tirado en el suelo, la sangre cubría mi cuerpo estaba totalmente destrozado, Dark trataba de despertarme, pero era en vano, sentí un terrible dolor, gritaba pero ellos no me escuchaban, lloré y salí de ahí, caminaba por el puerto gritando y llorando, vi a Tania, que no sospechaba nada, Carmín y Satoru tampoco sabían nada de mí, camine durante horas por el puerto no quería ver a nadie sin embargo, cuando estaba por anochecer decidí regresar apenas estaban velando mi cuerpo, estaba tan quieto sin moverme, me vi y una melancolía me invadió, algunos lloraban, otros rezaban, y Dark lloraba inconsolable me acerque a él y le di un beso, pero él no podía sentirme ya no sabía ni que haría me moría de tristeza no podía morir, no puedo estar muerto, me fui ya no soportaba ver a todos llorar y menos verme en un ataúd, en eso vi a alguien su cabello rubio y una vestimenta blanca, me miro y dijo –creo que es momento de irnos.

–¿Irnos? –pregunte confundido a lo cual el ángel dijo.

–Vamos a ir a que descanses en paz por fin.

–¿Descansar en paz? ¿Como quieres que lo haga? No puedo ver esto, me dan ganas de llorar con sólo ver a Dark así.

–Si te quedas te convertirás en un alma en pena.

–prefiero ser un alma en pena de todas maneras, deje algo pendiente y para mí eso es muy importante.

–Ya veo, tienes que estar vivo para quedar bien con todos o que.

–No tengo que quedar bien con nadie, debo cuidar de Dark.

–la muerte es más confusa que la vida en si mira –dijo señalando que no estábamos en el puerto sino que en el cielo parecía un mar en calma la luna se reflejaba en él y las nubes eran montañas nevadas.

–Si no encuentras tu camino y te cansas de este mundo solo sigue la luz si.

–es una prueba para ver si puedo descansar en paz.

–Esto es el limbo, el límite entre la vida y la muerte, si no te sientes bien aquí entonces ve al mundo humano.–dijo marchándose, me quedé ahí observando y camine lentamente, pero me sentía triste, me arrodillé y me abracé con fuerza cerrando mis ojos.
Al día siguiente, caminaba sobre un enorme bosque, no recuerdo como llegue ahí, en eso terminé en un pastizal, varios niños corrían de aquí para halla con papalotes, los veía entretenido, había señoras que caminaban felices de un lado a otro, varias personas posaban su mirada en mí, seguí caminando por un sendero que conducía a un claro del bosque y vi a Dark, llorar en mi tumba, me quedé en aquel claro y los días pasaban mientras yo, quería llorar viendo esa escena tan conmovedora, hasta que me canse de mi silencio y le acaricie mientras lloraba, se volteó a verme y le hable sin importar que no me escuchará.

–No llores, amor.

–H-horu, te amo ya no te vallas. –me sorprendió el que me halla escuchado y pudiera verme.

–No me iré siempre estoy contigo yo vivo en tu corazón.

–Quiero estar contigo, abrazarte, besarte, quiero estar contigo.

–Eso no se podrá, te amo, yo quiero regresar contigo y sólo hay una forma de hacerlo –dije contándole todo sobre la guadaña sin embargo me desilusione ya que por desgracia nadie más que yo puede tocar la guadaña.

–Nadie más que tu puede tocarla.

–Si, por desgracia, ya no me queda tiempo debo irme, puedo dejar que me veas por un tiempo prolongado pero ese tiempo ya se acabó –dije ya que me di cuenta de que me desvanecía ¿era el fin? ¿Que sucedía? En eso mi cuerpo estaba normal y Dark despertó de un aparente sueño, le acaricie pero no funcionaba, Dark se levantó y se fue, me quedé ahí viendo mi tumba, después harto de todo me oculté en el bosque para salir a ver ese extraño lugar, cosas voladoras en el cielo, madres que jugaban con sus niños pero ni eso yo tenía, no tenía nada estaba sólo, nunca me había sentido tan solo, esperé en el claro de donde se podía ver mi tumba y nada no había nadie en ella, las flores estaban marchitas, me sentí muy triste al no ver a Dark que se mantenía fiel a mí, en este mundo tres días es un minuto humano, caminé durante horas viendo como la gente disfrutaba, jugando algunos, los hermosos paisajes y también podía ver a algunas parejas juntas que se besaban con dulzura para ellos debería ser bueno estar así sin nadie que les haga abandonar sus creencias ni que les impida amarse, mi corazón se rompía cada vez más en pedazos, estaba deprimido y en eso comenzó a llover, me sentía triste recordando todo a mi muerte repentina en eso pensé en Orca y Mioru, en mi padre, Alina que estarían haciendo, quería verlos y en un estanque se reflejo a ambos a Orca y Mioru, los dos lloraban mientras hablaban de mí, Orca recordaba los lloriqueos de Dark que no se apartaba de mí habitación, me dieron más ganas de llorar, fui a tratar de sentirme mejor pero no había nadie, estaba sólo, completamente sólo nadie me entendía la gente que estaba en este limbo no se me acercaba me sentía más que un fantasma, sentía que era ignorado, no sabía si habían muerto esas personas, solo estaban vivos o eran ilusiones mías. Decidí ignorarlos me senté debajo de un árbol  gigantesco y me comencé a sentir débil no había tenido sensación alguna desde que vine, mi cuerpo me comenzó a doler, gritaba pero nadie me escuchaba, el corazón me pesaba horrible y empecé a cerrar mis ojos, escuché voces que me eran conocidas, comencé a sentir como si una voz me arrullara y mis ojos se cerraron... Sentí mis manos, mi cuerpo que estaba frío e inmóvil tener movimiento de nuevo, mis ojos volvían a ver, todo en mi ya estaba mejor, estaba volviendo a la vida.

Umi No Ōji Horu: Akahi Hikari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora