Marioneta demoníaca

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El aire que lo rodeaba estaba frío, sus ojos se pusieron llorosos, Horu (adulto) estaba perdido entre esas penumbras corriendo en busca de una salida, sin embargo su cuerpo dolía y podía escuchar todo lo que pasaba alrededor, sobretodo escuchaba a Ren.

–¿Nervioso? ¿Asustado?... Necesitaba enviarte a aquí a un lugar en dónde tus recuerdos más negativos te invadieran... Cerca de las peores tragedias que están por pasar... –dijo acariciando suavemente su cabello.

–En estos momentos, yo solía estarte persiguiendo y tu accedías a mi invitación del sexo... Lástima que después te olvide y logré sacarte de mi cabeza... Ahora sólo puedo recordarte como una zorra...

–Z-zorra... ? –susurro dándole una impresión a Ren.

–Así es... Horu, veo que puedes hablar... –dijo acercándose a Horu, mientras tomaba una daga cualquiera y abría la boca de Horu, logrando cortarle la lengua, Horu se sobresalto un poco.

–Se que puedes regenerarte y técnicamente esto no duele mucho en la normalidad... Pero por desgracia puedes sentir mucho dolor en tu cuerpo, el dolor se triplica...

"Acaba con esto" pensó Horu, mientras buscaba un modo de mover su cuerpo, pero se sentía muy pesado como si sus huesos se hubieran convertido en barras de hierro muy pesadas causándole dolor y pesadez en su cuerpo, además de que moverse o incluso tocar algo se sentía como si todo su alrededor tuviera espinas de hierro ardiente.

–Jajaja... No importa lo que hagas estas ahora bajo mi poder... Mañana será un día muy divertido... De seguro te preguntarás ¿porque?... Bueno Horu, atacáremos el reino, tus heridas dolerán mucho pero te regeneras... Es una ventaja aunque desearás morir con toda tu alma...

–No... No... Te... Dejaré hacerlo...

–Calla y será mejor que te quedes ahí, mañana será un día muy cansado, duermete... Pronto por fin podrás descansar en paz.

–Dark... –susurro mientras sus ojos buscaban como salir de ahí.

A la mañana siguiente los guardias estaban tratando de dispararle a la marioneta de Ren, este en cambió disfrutaba ver como el cuerpo inerte era herido.

–Que divertido... –dijo con una sonrisa cuando en su descuido apenas pudo escapar de una guadaña gigante.

–Vaya, vaya... Unos metiches en medió... –dijo el pelirrojo viendo a Horu con su enorme guadaña.

–Tonto, más vale que saques a tu marioneta demoníaca ahora...

–No puedo hacerlo niño, debo de dejar que lo hieran sin piedad... –dijo con una sonrisa sádica, mientras a pesar de que le cortaban y le hacían daños horribles a su cuerpo este no respondía, aunque en su interior estaba sufriendo de forma horrible, en su interior lloraba a gritos por el dolor que sentía.

–Una muerte lenta y muy dolorosa –susurro aquel tipo.

–Eres un canalla eso no es justo y lo sabes... –le regaño Horu.

–Vaya, vaya... No estas muy chiquito para esos comentarios niñito, además no te enseñaron a que no te metas en asuntos ajenos. –dijo mientras le daba un golpe haciéndolo caer varios metros lejos de ahí, causándole algunas heridas graves, además de que su tobillo resulto muy lastimado.

–No que te creías mucho niño... –dijo mientras jalaba a su marioneta a un lado suyo, sus heridas graves y dolorosas le daban un aspecto de muerto.

–¡¡Oye tú!!... Más vale que te metas con uno de tu tamaño... –grito Zack, mientras se abalanzaba en contra de Ren.

–Mellizos tontos... ¿Acaso están tan desesperados por morir? –dijo Ren tratando de usar a su marioneta como un escudo.

Umi No Ōji Horu: Akahi Hikari Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon