No te dejare ir

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Horu estaba escuchando a través de la puerta la discusión que tenía su padre con su supuesta madre, sin embargo todo lo que descubría le estaba afectando en el corazón.

–Al menos volviste después de tanto tiempo... No... Te fuiste y no supiste siquiera de tus hijos ¿no te intereso acaso?

–Claro que me interesó intenté volver pero no podía hacerlo– la mujer comenzó a llorar desconsoladamente sin embargo algo le intereso más.
–Quiero saber si esta vivo... ¡Dime que esta vivo! –le grito la mujer mientras el rey comenzó a sonreír.

–Sobrevivió... Fue criado por piratas y ahora es un pequeño caso perdido –sonrió.

–Puedo verlo... Quiero ver a mi hijo.

–Eso no sucederá... No dejare que mi hijo sepa de ti, él no es digno de ti... Me equivoqué tu no eres digno de él... Solo podrás ver a Zack y Alina, pero no a Horu, él es mi predilecto.

–Piensas que un chico de 17 años viva siendo igual que tú...

–Es mi hijo y siempre quise lo mejor para él, tal vez no lo haya criado pero con el carácter que tiene es suficiente, crees que mi hijo te perdonará... Al estar oculta tanto tiempo y no poder verle el rostro. –dijo su padre mientras le gritaba a la mujer, pero no lograba entender todo los regaños que le daba era porque no quería demostrar que sentía compasión o un poco de cariño hacia él.

–No dejaré que te vea siquiera –en eso Horu entro quería saber porque discutían su padre vio que Horu no se veía contento, la mujer lloro al ver a Horu, no sabía si era su hijo pero tenía una corazonada.

–padre que significa esto, ¿Quien es esta mujer? –dijo Horu tratando de saber la verdad, la mujer entendió era aquel niño que ella había tenido en sus brazos y tuvo que entregar para salvar su vida, había crecido, tenía facciones de su padre y era más serio al parecer, confundida y con felicidad trató de tocarlo pero el rey se interpuso y le tomo a la mujer de la mano alejándola de él.

–No le des importancia, es sólo una mendiga que llegó al castillo –dijo apretándole el brazo a la mujer.

–¡¡Sueltame!!... ¡¡¡Hijo yo soy tu madre!!! –grito la mujer, Horu la miro confundido por un segundo pero enseguida dijo.

–Es una mentira yo no... Yo no tengo madre... Pero si la tuviera no me hubiera tomado como sacrificio para salvar a sus otros hijos –dijo viendo a su madre mientras sus ojos se volvían llorosos.

–Los escuche a través de la puerta estabas dispuesta sacrificarme por una demente como Alina y un tonto como Zack... Yo no tengo madre, nunca la tuve –dijo poniéndose del lado de su padre por primera vez, el rey le tomó del hombro a Horu y sonrió.

–Lo vez, nadie puede perdonar lo que hiciste.

–Tal vez no puedan perdonarme pero... Yo no decido arruinarles la vida a mis propios hijos.

–¿Arruinar? Deje que Alina, siguiera con sus obligaciones de princesa y en cuanto a Zack el vive feliz haciendo lo que él quiera, Horu tiene cosas que no le prohíbo hacer, él decidirá si quiere reinar o no, yo no le impediré nada y nunca lo hice tal vez no hallamos llevado mal al principio pero somos muy parecidos –aseguro su padre viendo a su hijo con una sonrisa.

–Así es... Supuesta madre yo nunca necesité de nadie, y menos de una madre sólo necesitó seguir con mi vida, y no necesitó de tus cuidados ahora no necesitó nada de ti porque ya crecí, ya se todo lo que tengo que enfrentar he vívido demasiado en mi vida.

–Tu no puedes venir a exigir a tu hijo después de tanto– dijo el rey, llevando a Horu a su habitación, una vez ahí Horu ya no sabía a quien creer.

Umi No Ōji Horu: Akahi Hikari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora