37: Idealizar

20.1K 2.7K 419
                                    

Dedicado a Shadowworld-18-11-25, no es un maratón pero igual espero que lo disfrutes, cosita. ♥

—Fue horrible —confesó Andrés

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Fue horrible —confesó Andrés. Ni siquiera supe cómo habíamos llegado al tema de nuestras primeras veces—. Ximena siempre fue muy impetuosa. Incluso cuando íbamos a hacerlo, fue ella la que dirigió el encuentro. No tuve problema con ello, hasta que...

Él se sonrojó y soltó una risa nerviosa.

—¿Hasta que qué? —pregunté, con la curiosidad a millón.

—Estaba tan excitado que apenas estuve adentro, acabé. Ni siquiera transcurrieron diez segundos del acto. Mi primera vez fue una versión pobre y triste de American Pie.

Aunque lucía avergonzado, lo relató con diversión.

—Quién lo diría, tienes algo en común con Franco —bromeé.

Andrés no se tomó mal mi chiste, al contrario, me lanzó una servilleta sucia y ambos comenzamos a reírnos. Con cada día que transcurría sentía que íbamos a recuperando un poquito más ese vínculo tan fuerte que llegamos a tener: existían menos incomodidades y más entendimiento, mucha más pureza en las cosas que nos decíamos, y nuestra confianza se hacía más sólida.

Además, reír a su lado me hacía sentir en casa.

Él afirmó que no había una peor primera vez que la suya, así que me tomé la libertad de relatarle cómo yo dejé a Franco solo con la mancha roja que quedó en sus sábanas, y que tuvo que limpiar por su cuenta antes de que su mamá llegara a casa.

Después, Andrés y yo empezamos a bromear y a fastidiarnos sobre aspectos tan íntimos que nunca pensé que sería gracioso compartir con otra persona.

—Es extraño que hablemos de esto, ¿no te parece? —murmuré, mientras peinaba mi cabello en un moño alto—. Jamás imaginé que tendría este tipo de conversaciones contigo.

—Antes éramos muy pequeños, y ya después dejamos de hablarnos. —Se puso cómodo en la silla, y empezó a jugar con una servilleta limpia.

—¿Te arrepientes? —curioseé. Él me miró confundido, así que tuve que ser más clara— ¿Te arrepientes de que nos peleáramos?

—No.

Pensé que acompañaría su respuesta con alguna justificación, pero solo lo dejó así. Auch.

—¿Por qué?

—Si no nos peleábamos ese día, igual lo habríamos hecho después, Belén. —La seguridad de sus palabras era irrefutable. Suspiró y elevó la mirada hasta que sus ojos marrones recorrieron mi rostro con lentitud y finalmente se encontraron con los míos—. Tarde o temprano te habría confesado que me gustabas, y eso habría tenido dos escenarios: que me rechazaras y nos distanciáramos por lo incómodo de la situación; o que aceptaras ser mi novia, pero éramos muy inmaduros, así que no habríamos durado mucho como pareja.

Una sonrisa por alfajores © ✓ | (Watty 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora