73: Estrellas y galaxias

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Este capítulo tiene contenido +18. Si a alguien no le gusta leer este tipo de escenas, puede saltarse este capítulo sin que eso haga que no entiendan el final de la novela. 

Dedicado a 1992Daria ♥

Una abrumadora sensación se enclaustró en mi pecho haciendo que mi respiración se ralentizara

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Una abrumadora sensación se enclaustró en mi pecho haciendo que mi respiración se ralentizara. El rostro de Andrés se acercó al mío con lentitud pero deseoso de comenzar el contacto.

Mis dedos ansiosos recorrieron la tela de su camisa hasta llegar a su cuello, el cual acaricié con delicadeza, perdiéndome en sus ojos chocolate. Sus labios y los míos se rozaron en una sutil y deliciosa danza que terminó por tornarse más agresiva, más caníbal, más sedienta del otro. Sentir sus manos pasear por mis caderas expuestas ponía mi piel de gallina y suprimía la fuerza de mis piernas, que se quedaron sin otro remedio más que mostrarse temblorosas.

Empecé a desabotonar su camisa y, ante mis acciones, Andrés solo se quedó quieto, contemplándome mientras su pecho subía y bajaba de una manera exagerada. Me tomé el atrevimiento de acariciarlo, deleitándome de lo suave que resultaba su piel y apreciando cada uno de los detalles que tenía. Andrés desabrochó su pantalón y al quitárselo también se deshizo de sus zapatos. Su expresión me hacía creer que probablemente su corazón estaba corriendo tan rápido como el mío.

Tomé su mano y lo llevé a la cama donde procedí a sentarme sobre él. Tragué con fuerza sintiéndome más vulnerable y nerviosa que nunca. Al mismo tiempo, cada partícula de mi cuerpo deseaba vigorosamente quedarse de esa forma con él, deseaba sentir su calor irradiar y hacerse uno con el mío, sentir su aliento fundirse con el mío. Mi nariz y la suya se rozaron, momento en el cual intercambiamos una mirada seria pero que resemblaba emoción y delataba cuánto nos necesitábamos el uno al otro.

Cuánto nos amábamos el uno al otro.

Mi lengua delineó sus labios y después su boca buscó entre besos alcanzar mi hombro izquierdo. Mi respiración se aceleró todavía más cuando sus manos viajaron hasta mi brasier, el cual desabrochó y lanzó por la habitación, descubriendo mis pechos. Los observó con detalle y sentí una puntada en mi vientre cuando su dedo índice acarició cada uno de ellos, mordiendo su labio inferior de una forma provocativa.

—¿Me deseas?

Estuvo a punto de burlarse de mi pregunta.

Ti voglio così tanto che mi brucia, fa male. —Andrés sabía que no le entendería ni una sola palabra, así que con una pequeña sonrisa, me lo tradujo—: Te deseo tanto que me quema, que me hace daño.

Sus dedos se enroscaron un poco en mi pelo, echando mi cabeza hacia atrás para emprender una nueva jornada de besos en mi cuello, haciéndome jadear. Su mano libre acariciaba mi muslo con parsimonia hasta jugar con la liga de mis bragas sugiriendo que ya hora de deshacernos de ellas.

Una sonrisa por alfajores © ✓ | (Watty 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora