52: Recordatorio

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Este cap va dedicado a sopita_maruchan que cumplió años hace poquito. Es un poco tarde pero igual espero que lo disfrutes.

Las personas positivas solían decir que cuando las cosas van muy mal, es porque están cerca de mejorar

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Las personas positivas solían decir que cuando las cosas van muy mal, es porque están cerca de mejorar. Yo no era una persona positiva, pero estaba seguro de que nada podía empeorar la situación.

La verdad sobre la familia de Belén no solo había sido devastadora para ella, sino que sus padres y mi propia mamá estaban al tanto de que nos habíamos venido juntos a Rosario. Corrección, de que Belén se había escapado y yo la había traído hasta Rosario. Y aunque yo no le prestaba atención al tema de la edad, traerla conmigo siendo ella menor de dieciocho años podría tener consecuencias desfavorables.

Incluso llegué a pensar que el padre de Belén me denunciaría por secuestro.

Mi mente se ponía creativa cuando me sentía en peligro.

Por fortuna, el señor Aslan no hizo nada de eso. Apenas nos encontró en aquel barrio de Rosario, lo primero que hizo fue abrazar a su hija con preocupación. A mí me ignoró al principio —cosa que agradecí—, hasta que estuvimos todos en dentro del coche.

Belén lloraba en silencio, y me sentí como un inútil al no saber cómo consolarla. En especial con su padre dentro del vehículo. Estaba sentada en el puesto del copiloto, y aunque escondía su rostro de nosotros, tanto su padre como yo sabíamos lo mal que se estaba sintiendo.

Después de lo que pareció una eternidad y de miradas aniquiladoras a través del retrovisor, el señor Aslan finalmente se dirigió a mí.

—Si no fuera por lo que está pasando en tu familia, créeme que te abandonaría en el medio de la carretera.

Bajé la mirada a mis manos sudorosas, sin saber qué responderle. Sabía que esto podía suceder, y no me quedaba otra opción más que asumir la culpa.

—Lo siento, no debí... —Entonces sus palabras se volvieron a reproducir en mi cabeza, confundiéndome—. ¿Qué se supone que está pasando en mi familia?

A través del espejo retrovisor vi cómo una de sus cejas se enarcaba.

—¿No has hablado con tu mamá? Hasta donde sé, estaba intentando llamarte.

—Vi sus llamadas, pero supuse que solo quería saber sobre Belén. Como no sabía qué contestarle, yo...

—Santa madre del universo. —Llevó una mano a su cabeza para masajearse una sien, sin perder de vista el camino—. No sé cuál de ustedes dos es peor.

Belén y yo lo miramos con confusión.

—¿Qué pasa? —inquirí, sacando el celular de mi bolso.

El señor Aslan suspiró.

—Será mejor que llames a tu mamá.

Nada de esto podía terminar bien, así que marqué el número de Pía de inmediato, sintiendo mis pulsaciones acelerarse. Belén limpió sus lágrimas y volteó a verme, esperando enterarse qué demonios estaba ocurriendo.

Una sonrisa por alfajores © ✓ | (Watty 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora