Mi Nueva Profesora: El Comienzo de Nuestra Historia

📚 Capítulo #6

8:15 a.m.
N/H:

«Recordarás los antiguos besos y el frío dolor que crecía. Recordarás esa poderosa alegría y los ojos y las manos perdidas. Recordarás el remordimiento, por lo escasos que fueron sus besos. El sueño perdido de como se conocieron, sabe a miseria en tus labios marchitos. Ayer parecía amor, pero nacido para morir. Hoy es inquietud, dolor; la bendición es el olvido, el silencio. Mi amor es solitario, pero no será secreto».

_Por supuesto que no lo será. Me despierto con una sonrisa que rebosa en los límites de la locura y la estupidez. _Hola, soy Astrid Alexa Hofferson, ¿quieres ser mi amigo? _¡Claro que sí preciosa! _Un enorme suspiro me levanta de la cama, sin embargo él suelo no está de acuerdo con mi exaltación. _¡¿Qué?!... ahora te colocarás en mi contra, ¿es eso? _La cara de Astrid se refleja en mi espejo. Pasan unos cuantos segundos para recordar que estaba en la vida real y no en una recopilación de Devuélveme mi Cuerpo. Repaso una y otra vez como debería decírselo. Tal vez, elegante. Llego con una rosa entre mis labios y: _«Muy buenos días my lady, me concedería el honor, de ser mi novia. La mujer que amaré y respetaré por el resto de mi vida». _Demasiado friki. Quizás, con algo más de, estilo y popularidad, al igual que mis lentes oscuros y una voz varonil, como la del, señor JS: _«What's up baby... _Hum, mejor lo practico por el camino. Ciertamente no le presté atención alguna a la temperatura del agua, solo quería llegar a la escuela... Vaya, que gran ironía. Me cambio (multimedia) y voy de camino al instituto. Decido desayunar en el camino, después de todo, hay otros lugares increíbles aparte de la playa. La escuela es enorme y mucho más clasificada de lo que suponía.

_Una chica se me acerca acompañada de un portafolio y una tarjeta de reconocimiento. Su cabello es extremadamente oscuro al igual que sus ojos, todo lo contrario de Astrid físicamente. _Hola, soy la nieta del director Bleinss, la jovencita, codiciada, virgen y soltera Charleen Bleinss, es un gusto conocerte.

_Yo... _Me interrumpe.

_Te da gusto conocerme, por supuesto que sí, soy importante. Ya te conté que Chad Bleinss, el dueño de una gran fortuna, la fortuna Bleinss... es mi padre. Soy asombrosa, ¿a que sí?

_Recapacitando lentamente sobre el comportamiento egocéntrico de la trigueña ante mi, suspiro y encuentro la mejor manera posible para sacármela de encima: _Hola soy Hiccup Horrendus, si un apellido espantoso. Soy un chico solitario que solo sabe vagar por las calles pidiendo comida a las personas o rebuscando en la basura. Me saqué el premio gordo en la lotería y conseguí una beca para estudiar aquí. Mi propósito en la vida... dormir hasta que los pelos en mis axilas y mis mocos alcancen el tamaño ideal para batir un récord Guiness. Soy asqueroso, ¿a que sí? _La chica simula fallidamente una cínica sonrisa al igual que finge tener una llamada importante que contestar y se aleja de una forma indirectamente directa, indignada y asqueada de mi lado. Después de inscribirme formalmente y recibir mi horario, me dirijo hacia la primera clase del día cuando: _¡Astrid! _Su expresión cumplía totalmente mis expectativas. Me guiña y comienza a correr por los pasillos con una divertida sonrisa. _¡Espera, Astrid! _Suelto la mochila y sigo sus pasos rápidamente, intentando consecutivamente encontrar su atuendo (multimedia) entre la multitud, hasta que la veo con un chico a su lado. Acelero el paso empujando todo lo que se encuentra en mi camino, sin importarme sus comentarios o el género de la persona que los mandaba... Antes de poder llegar junto a ella, unas garras se incrustan en mi brazo alejándome de... la multitud en general. Mi espalda colisiona con alguno de los casilleros en el solitario pasillo. Unos labios se posan sobre los míos y me retuerzo con ganas, intentando apartar a la puta cordialmente. La muy guarra, intentaba que nuestras lenguas hicieran contacto, sin embargo solo estaba logrando que unas arcadas enormes atravesaran mi garganta y la bilis danzara irónicamente en el interior de mi estómago.