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Han pasado un par de días desde aquel beso.
El día de hoy varios alumnos habían venido a ayudar con la campaña de Jisoo. Tardaron alrededor de dos horas presentándose y planeando estrategias para ganar las elecciones, todos tenían trabajo que hacer, aunque ya había llegado la hora de irse, cuando la morena estuvo a punto de retirarse fue detenida por la mano de una pelinegra.

–¿Podemos hablar? –preguntó la mayor con algo de miedo. Ambas chicas se fueron a la ventana más alejada de la puerta– Lamento lo de hace unos días.

–No es necesario que te disculpes –respondió la castaña.

–Realmente lo siento, pero esa no era la verdadera razón por la que te pedí que seas mi ayudante de campaña, solo quería competir estas elecciones teniéndote a ti como amiga, ¿podemos volver a empezar?

–Bien –contestó– Además, Irene me dejó esa tarea –comenzó a alejarse de su contraria– Deberíamos volver.

–Gracias.

«¿Cómo debería sentirme luego de que una chica que apareció de la nada me robara mi primer beso? ¿Debería desagradarme? Aunque, tampoco es como si no me hubiera gustado. Al fin y al cabo, fue mi primer beso pero, no sentí nada». —Jennie se la pasaba cuestionándose sobre lo sucedido.

Pasaron los días y su trabajo había comenzado, la gente repartía volantes, folletos sobre la campaña.

Era el día dónde Jisoo presentaría a su representante de campaña, se encontraban en un salón con otros candidatos y sus compañeros.

–Pese a ser de primer grado, eres la representante de campaña. –comentó la chica que estaba haciendo las entrevistas.

–Mi deber es hablar sobre Jisoo basándome en mi experiencia personal trabajando con ella, con la esperanza de incentivar el interés de los estudiantes de primer grado –confesó.

Después de haberla interrogado con cosas como, ¿por qué crees que Jisoo debe ganar? ¿Sería una buena presidenta? Y más.
Era hora de que todos los candidatos y sus respectivos representantes se tomaran una foto.

–Vamos a tomarles una foto en grupo, alinéense por favor –dijo un chico de tez muy blanca– ¿Podrían acercarse más?

–Lo siento –soltó la castaña al sentir que su mano y la de su mayor se rozaron.

–No hay problema –respondió de manera nerviosa.

La morena entrelazo su mano con la de la pelinegra, su ventaja era que nadie podía ver sus manos, ya que estaban detrás de sus espaldas.

–Jennie, ¿qué haces? –preguntó con cierto sonrojo al sentir el tacto de su menor.

– ¡Listo! Pueden volver a sus salones

Dicho esto, Jisoo salió apresurada de la sala dejando atrás a Jennie.

«Eres una mentirosa Kim Jisoo, pensé que éramos iguales, pero poner ese tipo de expresión solamente porque te tomé de la mano, eso quiere decir que tú sabes lo que se siente tener a alguien, yo también lo quiero sentirlo.» –la morena estaba sorprendida y un poco molesta, se sentía traicionada o mejor dicho, decepcionada al haber pensado que ambas eran iguales.

La mayor le había mandado un mensaje pidiendo que hablaran mañana. Aceptó, aunque seguía cuestionándose y diciéndose que ella no podría amar a Jisoo.

A la tarde fueron a una cafetería, una chica rubia de cabello corto y alta les atendió.

–Jennie, no te pediré que salgas conmigo. Sé que no tienes a alguien especial hasta ahora y no me podrás devolver este amor, pero aun así está bien, porque haré que te enamores de mí  –sonrió.

–Eso es demasiado extraño no recuerdo haberte dicho que quería enamorarme –respondió ante las palabras de la pelinegra.

–Yo solía ser como tú, pensaba que nunca llegaría aquella persona de la
cual me enamoraría, pero ahora me siento contenta y por eso no quiero
renunciar a este sentimiento, ¿me permitirías hacerlo? –preguntó.

–Yo… –"no puedo amarte"– Está bien, no hay problema.

–Te lo agradezco –le dedicó una linda sonrisa.

Sólo con esas simples palabras Jisoo volvió a brillar, ¿por qué no pudo negarse? La pelinegra era muy egoísta respecto a sus sentimientos.

En un futuro cercano | JENSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora