diecisiete

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Segundo acto

La pelinegra entró en muletas a la habitación y se sentó en la orilla de la cama.

–Así que ya no debería contar con que mis recuerdos regresen, estaba preparada para esto, pero todavía duele.

–Se positiva –entró una castaña a sentarse frente a ella– Ten, vi que te gustó el otro libro de este autor y te traje más, dales una oportunidad, son interesantes –los dejó en una mesita.

–Gracias.

La enfermera se retiró.

–Dudo llegar a saber quien era realmente antes. Quién era en casa, en la escuela, con mi novia, debo decidir cuál era real, debo elegir quién seré.

Aquellas tres personas habían vuelto, pero en esta ocasión la pelinegra los trató como decían que era. Con su compañero era la alumna modelo, con su hermano era fría, con su novia era cariñosa.

–Soy capaz de actuar como era antes del accidente, ahora debo decidir a quién escoger.

–¿Tienes problemas para dormir? –preguntó la morena y su contraria negó con la cabeza– Habla si tienes algo que decir –volvió a negar, solo que en esta ocasión la castaña le golpeó la frente.– ¡Mentirosa! ¿Sabías que es un hábito tuyo el jugar con tu cabello de esta forma cuando estás preocupada o molesta? –imitó su acción.

–Pienso en quién debería convertirme. –tenía la cabeza baja.

–Las personas no pueden volverse en otra persona, puedes simplemente ser tú –la tomó de los hombros para que hicieran contacto visual– No te abandones para ser alguien más.

–Pero es por eso que debo convertirme en alguien, justamente ahora no soy nada.

–Yo solo te conocí en que viniste tras el accidente y perdiste la memoria, pero aún así te conozco, conozco una de tus rarezas, conozco que te gustan las flores blancas, tu autor y libro favorito. Estaría triste de perderte. –sus líneas las decía con el mismo sentimiento Jisoo hablaba en el ensayo– Es normal querer ser como alguien, es fantástico admirar a otros, pero lo que quieras ser es algo que decides tú misma y nadie más.

–Pensé que todos querían que fuera como mi antigua yo, nunca consideré que alguien extrañaría como soy ahora, entonces debería ser la que yo decida, ¿quién debería llegar a ser?

El rubio había vuelto con las tareas que habían hecho en la ausencia de la pelinegra.

–¿Qué se hacía aquí? –señaló una operación.

–Oh, ¿olvidaste como hacerlo? –preguntó sorprendido.

–Parece que no puedo volver a ser como era antes, quiero ser alguien de cuál estén orgullosos todos ustedes, pero no estoy segura de si seré capaz de lograrlo, incluso si no lo logro, ustedes...

–Si ese es el caso, ¡te apoyaremos! –acercó su silla y comenzó a explicarle el problema.

–¿Por qué haces eso por mí? Ahora básicamente somos completamente extraños.

–Aún así, eres una amiga muy importante, además, hago esto porque fuimos amigos y seremos amigos de nuevo, ¿te das cuenta de lo afortunado que soy?

Su hermano había venido.

–Gracias por venir, relajate y toma asiento.

–Estás actuando diferente, como la primera vez que vine.

–Sí, se me hace difícil tratarte así, te has portado tan amable conmigo, has venido a visitarme varias veces, es difícil ser fría contigo. Quiero ser una buena hermana.

–Eres agradable ahora.

–Creo que la antigua yo quería que lo hiciera, parte de mi contraseña era tu cumpleaños. Pero la razón por la que quiero ser más cercana a ti no es por mi pasado, sino, porque simplemente quiero... –el timbre de un teléfono la interrumpió.

–Es de papá, dice que mañana vendrán a verte sin falta.

Y había llegado su última visita, la de su novia.

–Pronto abandonarás este hospital. Después de eso, ¿te mudarías conmigo? No parece que tengas una buena relación con tu familia, puedes ponerte al corriente con tus tarea a tu propio ritmo, haría cualquier cosa por ti.

–Gracias, pero no puedo.

–¿Por qué no? Estaría bien que estemos juntas por siempre. ¿No dijiste que eras tú misma a mi alrededor?

–Eres importante para mí, pero también lo son mi familia y amigos. Soy diferente ahora, no quiero ser solo tuya.

–¿Tú antigua yo no querrá regresar? Yo era especial para ti –tocó su pecho.

–Por favor, perdoname por ser diferente. Me alegro de conocerte, eres tan cálida y amable, todo lo que conozco es este hospital, pero pensaba que no tenía miedo contigo a mi lado. Incluso ahora quiero estar contigo –tomó la mano de su contraria– ¿Te gustaría volver a salir conmigo?

–Esta es la primera vez que te haces valer a ti misma, jamás supe que eras codiciosa, obstinada y tonta, pero sincera. Puedo verme enamorándome de ti otra vez.

La pelinegra se paró y caminó hacia adelante.

–Desde que me desperté estaba aterrorizada por no ser nadie, pensaba en eso porque no tenía nada y lo único que podía hacer era convertirme en alguien, era tomar el lugar de alguien más, pero ahora sé que todo eso está mal.

Recogió una florecilla blanca.

–Gracias antigua yo, estaré bien. Porque voy a llegar a ser yo.

El público gritaba y aplaudía. La obra había sido un éxito.
Todo el Consejo Estudiantil subió al escenario para agradecer y despedirse.

–Esto es tuyo, Unnie –dijo la menor.

–¿Eh? –respondió al darse cuenta que las lágrimas comenzaban a brotar.

Debían quitar su escenografía, ya que otro club usaría el gimnasio.

–Suficientes personas están ayudando, deberías tomar un descanso, Jichu, debes estar cansada.

–Estoy bien –dijo– Todo lo que podía pensar era en hacer la obra, se acabó ahora, pero no significa que todo haya llegado a su fin –sonrió.

• • •

–Disculpa por molestarte –habló Min.

–Un gusto conocerte, señorita Kim –la saludó una mujer de cabello corto y negro– Soy Haseul.

–Es la directora de la compañía de teatro –aclaró.

–¿Estarías interesada en participar en una de nuestras obras? Vi la obra y fue impresionante, me gustaría ver más de tu talento. ¿Acaso tomas clases de actuación?

–Lo siento, no estoy particularmente interesada en la actuación. Ésta solo fue una actividad del Consejo Estudiantil. Pero puedo considerarlo, deme tiempo, ¿sí?

–Claro, espero tu respuesta. Un gusto –dicho esto los mayores se fueron.

En un futuro cercano | JENSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora