catorce

337 56 4
                                    

–Así que quieres cambiar el final de la obra.

–No es como si el final actual fuera malo.

–¿Por qué lo quieres cambiar Jen? –preguntó la pelirroja.

–La protagonista piensa que una de sus tres versiones es la correcta y vivir con ella, aprende sobre sí, de la gente que viene a visitarla al hospital y tras leer diarios viejos, aunque al final sólo decide estar con su novia, ¿pero eso es lo que realmente quiere nuestra protagonista? –contestó– Ella decide como su yo pasado actuaría, pero no como la ella actual. En la obra la única chica que vemos es a la actual, la que no tiene idea de su pasado ni el más mínimo recuerdo, y hacer que su yo pasado dicte lo que la actual quiere, es como si la obra no tuviera el más mínimo sentido.

–Así que eso te molesta, tiene sentido, ya que el personaje debía hacer todo en base a su presente y no a su pasado. Te agradezco por hacerme saber dónde estaba mi incomodidad sobre el final. –dijo con el ceño fruncido.

–Pareces más molesta que agradecida.

–No, estoy agradecida por tu ayuda, pero me molesta saber que no pude buscar lo malo que había en el final –soltó– Descuida, lo volveré a escribir.

Rosé comenzó a revisar el libreto y miró fijamente a Jennie.

–Necesito un resumen, es decir, necesito tu ayuda, ya que fue tu idea –dijo seriamente, antes que su estómago gruñera.

–Primero deberíamos encontrar algo para comer, traje mi cartera, yo invito pero no es para comprar todo el menú –suspiró.

–Una vez que busquemos el marco de la historia, podré escribir el borrador. Pero deberás olvidarte de tus cinco líneas, ¿aceptas? –la castaña se limitó a asentir.

Terminaron de charlar sobre el nuevo guión -y Rosé de comer-.

Era hora de trabajar.

Estaban tan inspiradas y concentradas en creer un nuevo guión, que la castaña se quedó a dormir en la casa de la australiana con tal de terminarlo.

Ya estaba listo, ahora tenían que esperar a que las vacaciones terminaran para entregárselo a los miembros del Consejo Estudiantil.

–Ahora dime, ¿qué tipo de relación tienen tú y Jisoo Unnie? –preguntó curiosa la pelirroja.

–Somos amigas y ya.

Hubo un leve silencio.

–Ahora tú, ¿ya pensaste en decirle? –la atacó la castaña– Disculpa, debí haberte preguntado, ¿cuándo conseguirás un sugar daddy?

–Quiero que todas nosotras sigamos siendo amigas, no me gustaría que se alejara de mí, ya sabes. –suspiró– Y te odio, en vez de eso, conseguiré un embrión.

–¿Qué harías si ella te quiere pero no quiere que tú la quieras porque está aferrada a algo? Pero aunque lo hayas prometido comienzas a tener pequeños sentimientos por ella. –quería saber si su amiga tenía una respuesta.

–Seguiría como estoy, guardándome todo, aunque haya ocasiones en las que duela al verla irse con ese estúpido que ni la toma en cuenta. Seguiría pasando tiempo con ella, reír y bromear juntas, permanecer a su lado aunque este mal. –bufó– ¿Por qué preguntas?

–Deberías decírselo antes que sea tarde.

Fue lo último que dijo antes de salir de la casa de su amiga.

• • •


Por otro lado, una pelinegra estaba dispuesta a mandarle un mensaje a su menor, quería verla y escucharla.
Cuando estaba a punto de mandarle el texto, ella fue la que recibió uno de su contraria.

"Salgamos a dar un paseo, ¿nos vemos en el acuario?"

Paseaban por todo el acuario, tomándose fotos por las grandes peceras y charlando sobre cosas tribales del mar.

El espectáculo de delfines empezará pronto.

Corrieron a dónde sería lo mencionado, no habían lugares libres a parte de los de enfrente -donde probablemente se mojarían- pero la terquedad de Jennie obligó a Jisoo a aceptar sentarse en ese lugar, no sin antes haber comprado impermeables.

Y como tenían pronosticado, todos esos lugares quedaron empapados, se salvaron por haber estado protegidas por el impermeable, y solo mojarse los pies.

–Quiero visitar otros acuarios, ir al cine, un zoológico, no importa a dónde vaya mientras estés conmigo –dijo la pelinegra– Jennie, te amo.

–¿Cómo eres capaz de decir "Te amo" como si nada?

–Decir "Te amo" me da una sensación de tranquilidad, con tan solo el hecho de saber que fui capa de enamorarme de alguien, quizás es porque nunca vi que Jin se enamore de alguien, no sé si estaba enamorado de alguien y jamás me dijo –comentó– Pero lo que si sé, es qué mi amor por ti me pertenece y es real, a comparación con lo que resta de mí.

Continuaron paseando la parte que les restaba por ver del acuario tomadas de la mano.

Habían comprado unos collares, Jennie tenía el de una tortuga y Jisoo el de un delfín.

Su hora de irse había llegado, tomaron un tren para llegar a casa.

–Ahora parecemos una linda pareja –dijo la mayor.

–Solo son collares de animales de mar, es todo.

–Claro, yo diré que estamos compartiendo accesorios de pareja disimuladamente.

–Sí, estamos compartiendo accesorios, ahora ve y dile a todo mundo que estamos en una relación -cosa que no es cierto- –bufó.

–Es lindo verte así –carcajeó la pelinegra.

–Adiós.

–¿Te enojaste?

–A partir de esta esquina nos separamos, hasta la próxima semana –sonrió.

–Espera, Jendeuk.

La mencionada paró y miró a la mayor, quién le dio un pequeño beso en la comisura de sus labios.

–Me divertí mucho, espero volver a tener la oportunidad de salir contigo de nuevo –dijo al separse– Te amo.

–Adiós, Jichu.

En un futuro cercano | JENSOOWhere stories live. Discover now