diez

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–Jendeuk, pasame esos papeles –pidió la pelinegra y recibió su pedido. 

–¿Jendeuk? ¿Desde cuándo ustedes se llaman por apodos? –preguntó el rubio.

–Pensé que estaba bien ser cercanas, además, somos amigas –respondió.

–Ya veo –bufó Joohyun.

–¿Acaso jamás hiciste esto? Supongo que se debe por haber estudiado en una escuela de niñas ricas –protestó la mayor al ver como se comportaba su amiga.

–¿Ustedes fueron a diferentes secundarias? –las interrogó Jimin.

–Sí, Jisoo y yo nos conocimos en la preparatoria. De hecho, vivimos muy lejos la una de la otra, sin embargo, nuestras casas quedan cerca de la escuela –aclaró.

«¿Por qué Jennie y no yo? Tú nunca has mostrado afecto por alguien, ¿esto se volverá una relación real al final? Como la...»

Al terminar la escuela fue a la cafetería que atendía Jeongyeon, posiblemente ella podría ayudarla a aclarar sus dudas, se sentó en la barra y decidió hablar.

–¿Tú y la profesora Im están en una relación?

–Sí, somos novias –respondió tranquilamente– Pero no le digas nada a Nayeon, no quiero que se enoje.

–¿Cómo puedes decirlo tan tranquilamente?

–Mira, cuando tenía tu edad, yo pensaba que sería mejor mantenerlo en secreto –comentó– Entonces... ¿Te gusta una chica?

–Sí.

Era en la escuela media, una tal Kang Seulgi.
Joohyun pensaba que era extraño que dos chicas salieran, pero ella le hizo cambiar de opinión. Aunque al terminar la secundaria, Seulgi le pidió terminar, ya que no estaba bien, porque ya no eran niñas como para jugar a besarse, decirse cosas sobre amor, porque nada de eso estaba en su sano juicio.
Ese momento fue cuando a Irene le rompieron el corazón y juró olvidar todo, y no volver a enamorase de una chica. Pero todo dio un giro cuando la vio, cuando vio a Kim Jisoo entrar por esa puerta como si se tratase de una celebridad.

–Pensé que jamás me volvería a enamorar de una chica, es por eso que decidí entrar a un colegio mixto –confesó– Pero la conocí y decidí olvidar todo y aceptarlo.

–¿Qué te gusta de ella?

–¿Su rostro? También me encanta lo buena que es en todo, la forma en como convierte un ideal en realidad, y que siempre está delante de mí.

–De verdad la quieres –rió la mayor.

–Lo siento, no quería hablar demasiado. Pero se siente bien hablar sobre esto con alguien. Envidio la relación que tienen usted y la profesora Im.

–¿No has pensado confesarte? ¿Piensas que te rechazaría por ser una chica?

–En una parte tengo miedo de eso. Ella tiene problemas para aceptar la bondad/sentimientos de las personas, hablarle sobre amor sería una gran carga para ella. Prefiero mantener mi estatus, soy su mejor amiga y ella necesita esta amistad –comentó– Aún así, sería deshonesto guardarme mis sentimientos solo para mantenerme a su lado.

–Esto es de la casa, porque eres una buena persona. –le dio una taza de té– Entendiste que ella preferiría permanecer como amigas, por lo que decidiste no pasar por encima de tus sentimientos para poder cumplir eso, ¿no?

–¿Incluso si temo a perderla?

–Incluso eso, mantener tus sentimientos enfrascados no es nada fácil.

Los parciales habían terminado, los resultados eran los mismos. Jisoo primera y Joohyun segunda.

–Baechu, me alegra tenerte –soltó la más alta– Digo, si no estuvieras no tendría porque esforzarme, estaría tentada a flojear. Pero no solo me refiero al estudio, también en el Consejo, yo soy la presidenta y tu la vicepresidenta, cuando pienso que estaré frente a ti, me hace sentir que cada vez estoy más cerca de mi yo ideal.

La otra pelinegra sonrió.

–Así que... Irene, quedate junto a mí.

• • •

–Ve por él –la castaña empujó a su amiga para que fuera con el chico que le gusta.

–¿Segura? ¿Cómo te irás? –respondió con preocupación.

–Manoban, sé cuidarme, es una buena oportunidad, no la desperdicies –se dio la vuelta y volvió a los pasillos para encontrar a alguien que pudiera prestarle un paraguas.

Y por pura coincidencia la pelinegra chocó contra ella mientras caminaba.

–Jendeuk, ¿piensas irte sin un paraguas?

La castaña negó con la cabeza.

–¿Te gustaría ir conmigo? El paraguas es algo grande para una sola persona.

Ambas chicas caminaban bajo aquel paraguas, la mayor no podía dejar de sonreír ante la cercanía de la castaña.

–Esto me recuerda a cuando Jin y yo caminábamos de esta forma, el tonto olvida el paraguas por lo que siempre me iba a su escuela, pero cometía la estupidez de solamente llevar un paraguas para mí –comentó– Eres la única con la que puedo hablar de esta forma sobre mi pasado.

–Dejame sostenerlo –la castaña le quitó el mango del paraguas, sin embargo, la pelinegra se lo quitó.

Se la pasaron peleando por ver quien lo sostendría que al final terminaron mojándose.

Ambas reían en voz alta al parecer niñas pequeñas peleando por una paleta.

–Esta es la primera vez que te veo reír en voz alta, Jen.

–Se debe a que siempre causas problemas –dijo la nombrada.

La morena realmente se estaba divirtiendo mucho, ambas estaban haciéndolo.

Pararon bajo un toldo de una tienda, compró una toalla y comenzó a secar el cabello de Jisoo.

–Eres tan bondadosa que tengo miedo de estarme aprovechando de eso –suspiró la pelinegra– Eres la menor, pero en este momento te comportas como la hermana mayor.

La morena sonrió y siguió secándole la cabellera negra.

–Sé que es un fastidio lidiar conmigo y solo estás aguantándote. Realmente no tengo idea de lo que haría si comenzaras a odiarme, ¿estás segura de que todo esto está bien?

–Estoy bien, no me siento forzada, además. Estoy... Feliz –sonrió la menor.

–¿Qué quieres decir con eso? –su voz sonó levemente fría.

–Es solo que no tenía a nadie con quién venir ya que estaban ocupados, y me alegró verte, no quería decir nada extrañó –se engañó.

–También estoy feliz, me alegra compartir un paraguas contigo –se quitó la toalla y se sentó en el banco que estaba afuera de la tienda.

–Suena extraño si lo dices así –dijo algo decepcionada, ella no estaba feliz por "compartir un paraguas" sino, por estar junto a Jisoo y verla reír.

–¿Podemos quedarnos así? –hizo que la castaña se sentara a su lado y apoyó su cabeza en el hombro de ésta.

–Claro.

Jennie sentía la calidez de Jisoo al estar muy cerca, estaba dispuesta a tomarle la mano y sentir un poco más de ésta, pero se arrepintió.

–Podemos quedarnos de esta forma el tiempo que quieras –suspiró y le acarició la larga cabellera negra.

En un futuro cercano | JENSOOWhere stories live. Discover now