El experimento MY3 es considerada un arma letal y poderosa creada por científicos, sin embargo las cosas se salen de control cuando se hace un duplicado ilegal, mucho más poderoso y mucho las letal... el experimento JK3.
Sólo habrá una persona capaz...
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El autobús llegó a su destino y JungKook aún permanecía inquieto por muchas cosas, ¿Por qué JiMin lo ponía de esa forma? ¿Por qué JK3 no lo mataba y ya? Además del dolor que sentía, todo era muy confuso para él.
—Oye JungKook.— lo llamó el peli gris sacándolo de sus pensamientos — ¿Por qué no comemos algo? Muero de hambre.
El peli negro lo miró y asintió, su estómago también pedía alimentos de inmediato.
Caminaron unos metros y encontraron un pequeño restaurante, JiMin se chupó los labios y JungKook no comprendió por qué al ver tal acto su estómago hizo cosquillas.
—¿Qué te parece aquí?— preguntó el mayor con una sonrisa, sin embargo no obtuvo respuesta. Giró a ver a su compañero y notó que éste lo miraba fijamente.— ¿JungKook? Tierra llamando a JungKook.— pasó su mano frente a la cara del menor y este entonces reaccionó.
—¿Qué?
—¿Qué si aquí está bien?
—Oh... Ah... Si
—¿Por qué estás tan nervioso? Sé que soy guapo pero no pensé que te pusieras así.— se burló el peli gris.
JungKook apretó los labios y frunció el ceño antes de empezar a caminar rápidamente al interior del restaurante, sus mejillas habían tomado un tono rosado y maldecía internamente a JiMin, esas simples palabras lo habían puesto doblemente nervioso.
—¡Oye espérame!
—¡Ah! Cállate, nos sentaremos en mesas a parte.
JiMin frunció el ceño y se detuvo al ver a JungKook tomar asiento en una silla frente a una mesa redonda de madera con un mantel rojo.
—Bien.— murmuró caminando a otra mesa y tomó asiento.
Pocos minutos después, la mesera llegaba a tomarles la orden.
—Buenas tardes jóven.— le saludó a JungKook— Bienve...
—Si, si.— la interrumpió — Solo quiero algo de comer... Tráeme lo que sea.
La chica frunció el ceño y se alejó pensando en lo maleducado que era ese muchacho.
El peli negro miraba de reojo a JiMin, lo veía revisando el menú y todo estaba bien, hasta que esa misma mesera se acercó a tomarle la orden.
JungKook volteó y lo miró fijamente, su lengua empujó internamente su mejilla al ver como la chica sonreía y lo peor de todo era que JiMin le correspondía.
—Ya vete.— murmuró al notar que la mesera no se alejaba y seguía hablando con el peli gris.
Gruñendo se levantó de su silla al ver que esta no se iba y caminó a paso rápido hacia la mesa de JiMin al ver a la chica con intenciones de sentarse con él.
Antes de que pudiera hacerlo, JungKook jaló la silla y la mesera cayó al suelo, lo miró con desagrado pero él ni siquiera se inmutó.
—¿Qué ordenaste?— preguntó quitándole la carta del menú a JiMin quien solo lo veía desconcertado.
El peli gris se levantó para ayudar a la chica pero la mano de JungKook lo sujetó de la muñeca y soltó un gruñido, deteniéndolo.
Se paró y levantó a la chica bruscamente.
—Mejor ponte a trabajar en vez de coquetear con los clientes.
La mesera se fue enojada y JungKook volvió su vista a la carta, pero JiMin molesto se la arrebató y lo miró con el ceño fruncido.
—¿Qué carajos fue eso?
—¿Fue qué?
—Dijiste que te irías a otra mesa, ¿Por qué llegas de pronto y eres tan grosero? La chica no te hizo nada.
—Si tanto te molesta mi presencia me largo y ya.
—Si, la verdad me molesta así que te lo agradecería.
JungKook sintió que su corazón se aceleraba, jamás pensó que JiMin respondiera eso.
—Lastima, no me iré.— contestó cruzándose de brazos.
—Bien, entonces me voy yo.
JiMin se levantó y caminó hacia otra parte pero una mano fuerte lo sujetó del brazo. Giró y vió al peli negro con la cabeza baja, apretándolo con fuerza.
—No.— murmuró JungKook sintiendo como los rápidos latidos de su corazón golpeaban su pecho, esas emociones eran tan nuevas y confusas pero al ver a JiMin alejarse sintió pánico y no entendía el porqué. — Q-Quedate aquí conmigo.— pidió el voz baja, con las mejillas sonrojadas y los nervios al tope.
JiMin se quedó callado, le parecía muy tierna la forma en que el menor se comportaba, así que decidió volver a la mesa.
Poco después la mesera trajo sus pedidos y los dos comieron en silencio, sin mirarse, sin saber qué hacer o qué decir.
Poco a poco el sentimiento que tenía JK3 hacia JiMin estaba afectando a JungKook y no se daba cuenta.
