¿PUNTO DÉBIL?

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—¡Señor, los sujetos de prueba escaparon!— gritó uno de los militares mientras corría hacia el sargento, pero este estaba muy concentrado observando a JungKook en el suelo

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—¡Señor, los sujetos de prueba escaparon!— gritó uno de los militares mientras corría hacia el sargento, pero este estaba muy concentrado observando a JungKook en el suelo.

—Eso no es importante.— respondió.

—Pero señor.

—Nunca sirvieron para nada, lo que realmente importa es que tenemos a ambos experimentos dentro de las instalaciones.

—¿Qué hacemos entonces?

El sargento se levantó y con una sonrisa victoriosa señaló a JungKook.

—Llevenlo a una habitación.

Si sus conclusiones no le fallaban, había encontrado más de un punto débil en el experimento.

...

—¿A caso esta loco?— dijo uno de los científicos con un tono de molestia.— ¿No vió lo que pasó?

—¿A caso usted es idiota? ¿Qué no sabe que yo estoy al mando de este experimento? Así que le ordeno haga enojar de nuevo a ese muchacho, necesito comprobar mi teoría.

—No lo haré... Me niego rotundamente, pondríamos en peligro de nuevo a todo el personal.

El sargento sacó una pistola y apuntó al científico, el cual retrocedió un poco asustado.

—No le estoy preguntando, es una orden, así que ¿Lo hace usted o lo hago yo?

El hombre frunció los labios pero terminó accediendo.

Caminó hacia un estante lleno de sustancias creadas con distintos fines y sacó una de color rojo. Tomó una jeringa y extrajo un poco de aquel líquido rojizo.

—Vamos entonces.

El sargento lo siguió hasta el laboratorio y ahí logró ver a JungKook de nuevo recostado sobre una camilla inconsciente, atado de brazos y piernas.

El científico le clavó la aguja de la jeringa y empujó el líquido hasta que estuvo dentro del peli negro. Con rapidez se alejaron y el sargento se quedó parado a un lado de la puerta.

JungKook sin saber qué era lo que pasaba, empezó a despertar pues sentía que una irá inmensa invadía su cuerpo.

Miró hacia el frente y como si aquella irá se intensificará al ver al militar empezó a jalarse bruscamente tratando de liberarse.

Sus ojos cambiaron a un tono negro y volvieron a la normalidad en segundos, apretó la mandíbula y dejó escapar un grito, JK3 quería salir pero JungKook se estaba resistiendo y eso logró enfadar al sargento.

—¡Vamos! ¡Vamos!— exclamó acercándose demasiado para que éste lo mirara con más claridad— ¡Vamos! ¡Déjalo salir!

JungKook cerró los ojos y apretó los puños, dolía, dolía demasiado pero no quería caer ante las provocaciones, sin embargo aquella sustancia provocaba un sentimiento de ira que no lograba controlar.

—¡No!— gritó antes de que JK3 saliera a la luz.

El experimento logró liberar un brazo enseguida.

El sargento se alejó con rapidez y observó cómo el peli negro rompía las cadenas.

Cuando pudo ponerse en pie, su mirada obscura se dirigió al hombre uniformado mientras que los científicos temblaban pues ya no había un cristal que los protegiese ni un poco.

—Ven aquí muchacho.— dijo el sargento con burla.

JK3 mostró sus dientes con furia y sacó un gruñido antes de empezar a correr hacia el hombre. Antes de que pudiera llegar, se detuvo y de nuevo sintió como su corazón se aceleraba y pronto sintió la descarga eléctrica recorrer todo su cuerpo.

Cayó al suelo inconsciente y el sargento lo miró con una sonrisa en los labios.

Al parecer las descargas fuertes lograban cambiar la personalidad del muchacho, poniendo a dormir a JK3 y regresando a JungKook a la normalidad.

Ahora tenía la manera de controlarlo y evitar que pudiera escapar o acercarse para matarlo.

Tomó el brazo del peli negro y lo arrastró por el suelo de los pasillos hasta que llegó a su habitación y ahí lo dejó tirado.

...

JungKook permanecía sentado sobre la cama del lugar, miró sus manos y notó que una lágrima cayó sobre éstas.

Se preguntaba como estaría JiMin, lo extrañaba de una manera indescriptible, quería volver a abrazarlo, quería volver a besarlo.

Se levantó y caminó hacia la puerta de metal que le impedía ver hacia afuera.  Golpeó una y otra vez, las lágrimas brotaron de sus ojos igual que la lluvia, una gota tras otra. Pegó su espalda a la pared y se deslizó hasta que estuvo sentado en el piso. Apretó sus piernas contra el pecho y lloró en silencio, quería saber lo que estaba pasando afuera, quería saber dónde estaba JiMin, quería acabar con todo de una maldita vez.

De pronto un golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos y miró extrañado hacia todas partes.

—Pst.— escuchó provenir de fuera.

El peli negro se pegó a la puerta y golpeó esta con delicadeza.

—¿Jungkook?

Su corazón se aceleró de sobremanera cuando escuchó su nombre dicho por aquella voz.

—¿JiMin?...

Experimento JK3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora