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Capítulo 3: Emociones.
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A Baekhyun lo embargaba el terror. Los residuos del cloroformo ardían en su garganta, y hacía tiempo había desistido de intentar liberarse del agarre anterior. Ahora no recordaba de lo sucedido después de que todo se volviera negro. Asustado se removió un poco sintiendo una superficie blanda y cómoda. 

Fue entonces que abrió los ojos por inercia, y cuando lo hizo lo primero a lo que se dedicó a enfocar fue al techo frente suyo, era blanco y perfecto, sin grietas de daño o de vejez. Tratando de ubicar el origen de la habitación, se suspendió con miedo y al hacerlo un dolor pulsó en su cabeza. Los efectos secundarios yacían trabajando en su cerebro. 

No tenía idea ni indicio alguno de donde demonios estaba, y aquello le causaba mucho más que un terror enorme, porqué sabía que Sehun no estaba en la ciudad por lo tanto no sabría de él ni de que lo habían secuestrado, además la zona en donde estaba no recibía muy buena señal por lo que había entendido en su plática anterior. Estaba asustado.

Al menos agradecía no estar atado a una silla y con la boca sellada, o golpes y hematomas en su cuerpo. Se encontraba solitario en una habitación elegante:

El tapiz de las paredes era de un tono color crema suave, había una sofá de madera elegantemente costurado y construido al lado de un reposa pies sobre una esquina en donde una pared de la alcoba era hecho a base de cristal, como una pared acristalada en la cual se veía medio Seúl en un ángulo de distancia.

Cuadros decoraban su perímetro junto con varias lámparas de pie con luz tenue y cómoda. La cama en donde estaba acostado era del mismo conjunto refinado, cubierta con sábanas egipcias hechas con más de seiscientas hebras. Cojines acomodados con gracia a los colores combinados y más al fondo estaba el respaldo de esta, el cual era de mosaicos marrones en los que su reflejo podía retratarse a la perfección.

Entre otros más decores que se encontraban en la habitación, como florales extravagantes de cristal, un espejo con una gran variedad de perfumes y cremas para el uso. Y no hablar del baño, tenía una variedad de toallas y champús con deliciosos aromas, era como si se hubiera transportado hacia la casa de un multimillonario.

Al levantarse de la cama, caminó con pasos inseguros por todo el lugar tratando de encontrar una salida, ya que cuando forcejeo el pomo de la puerta, este no se abrió.

Buscó con la mirada una ventana más accesible, visualizándola rápidamente en la puerta abierta que daba con el baño. Se encaminó hasta esta, pero el espacio era reducido como para caber allí dentro, sorpresa se llevó cuando por error logró ver una pequeña parte entre árboles de dos hombres vestidos con traje y aguardando con armas en sus costados, como si estuvieran listos para cualquier acción que se les diese. El miedo lo inundó por completo, y era obvio que tenía que salir de allí cuanto antes posible, porque ese no era un secuestrador normal. Era más peligroso de lo que podía imaginar.

Pero mientras pensaba en una forma de escapar, escuchó con atención unos pasos que se acercaban seguramente a su puerta, pues iban intensificándose más y no podía haber duda alguna que acertaba. Sin esperar más se escondió detrás de la puerta, no sin antes tomar uno de los delicados jarrones de porcelana en donde habitaban flores naturales, de esta forma tendría un objeto para usar como defensa y echarse a correr a todo lo que sus pies pudiesen dar.

Esperó a que retiraran los seguros en la puerta para arrojar el objeto de cristal tras abrirse escuchando nada más el estruendoso sonido de vidrios saltando de aquí, y allá al compactar contra el suelo. Sonriente y listo para correr, se echó a andar, más unos fuertes brazos le detuvieron. Forcejeó todo lo que pudo ante ese nuevo agarre, pero fue de nuevo en vano, y cuando dejó de desistir a la fuerza, un pequeño chico de casi su misma estatura se acercó armonioso a hablarle.

Dangerous Promise ◌ ChanBaek ♞Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon