2.1K 228 17
                                    


Capítulo 8: Viaje.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬





—Es fenomenal ver algo diferente entre tus chicos Park.—mencionó el moreno.—¿Sabes? No creí que algún día encontrarías a ese chico, pero eso no es lo que me admira.

—Se más conciso.—murmuró el jefe, viendo desde la distancia en la pista plana y extensa de cemento, el como su chico era llevado a la fuerza por sus escoltas, al mismo tiempo en que lograba tirarle mil maldiciones mientras intentaban subir a un reticente Baekhyun.

Con una mano en los bolsillos, un cigarro sostenido en sus labios, y una sonrisa tintada en el rostro; prosiguió con la conversación que uno de sus subordinados que le acompañaría en el viaje, había iniciado.

—Digo, es interesante ver a alguien que le importa una mierda decirte hijo de puta en la cara sin mearse en los pantalones.—comentó divertido, casi riendo cuando vió a otro de los empleados de Chanyeol llevando una larga cinta con ganchos fuertes para amarrar.

El hombre que a ese tanto permanecía sereno dando caladas a su cigarrillo, volvió a inquirir en la charla.—Me gustan las cosas interesantes.—de nuevo continuó con su trabajo de inhalar esa nicotina entre sus labios, tomando cada partícula de ese sabor amargo e incinerado, hasta llegar a relajarse al salir de sus pulmones.

No acostumbraba a fumar siempre, ciertamente lo hacía de vez en cuando. No porque le preocupase su salud, después de todo estaba destinado a morir de la forma inesperada que estuviese escrita sobre el libro de su vida. En cambio a ello su motivo iba más por la simpleza de no poseer ese hábito extraño con el que relacionaban a todos los mafiosos, lo cual era tonto porque la semejanza o reflejo que le daban a su trabajo en los programas de televisión, eran muy diferentes a la realidad.

No iban matando adolescentes y campesinos allí por doquier, no; toda esa colección de gente muerta moría por los motivos personales que los llevaban a entrometerse en lugares prohibidos. La mayoría acusaba a los narcotraficantes por la muerte de misteriosas personas, siempre se defendían con la cola de pisar que su trabajo incluía. Tomando su mal expediente como un escudo de protección, lo mismo que les causaba más un limbo de respeto. Se diría que ganaban fama alta y a la vez riesgos de muerte.

Sin embargo no mentirían que algunas muertes si eran provocadas por ellos, ciertamente ocurrían en casos especiales con entrometidos o aliados infiltrados que se vendían al diablo por un par de billetes.

—Lo sé, pero ¿No crees que estás dándole demasiado poder a uno más de tu lista? Nunca tratas de esa forma a los que traes y eso me preocupa, no debes fiarte tanto en una persona-

—Jongin.—demandó el mayor.—Deberías ver tu posición antes de seguir abriendo la boca.

El moreno se tensó un tanto por la frustración que no comprendía en su jefe. ¿Qué diablos? ¿Desde cuando su amigo se enojaba tanto por un chico más? No lo sabía pero le causaba una cierta grima ese cambio. Lo mismo que provocaba desconfianza ante ese chico que desconocía, o tal vez conocía gracias al papeleo que creaba antes de que un nuevo ingresara a sus puertas, sea cual sea la forma no le importaba su vida en lo más mínimo; pero ese cambio si.

Aún en silencio y un tanto atónito por el gesto de su jefe, boqueó un poco pero supo cubrir su inseguridad con un sutil comentario antes de que todo le diera vueltas en su contra.

Cuando giro para hablar de nuevo, Chanyeol ya se encontraba apagando la cotilla del cigarrillo para pisotearla con la suela del zapato. Las cenizas brotaron como polvo, y la llama encogida se apagó en definitivo, hasta que el cilindro de papel y tabaco quedó aplastado y tirado en el suelo.

Dangerous Promise ◌ ChanBaek ♞Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora