Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mi vida se había ido a la mierda en 2 días. Mi padre se había ido del país a saber Dios donde.
Mi madre había muerto cuando yo tenía 5 años. La verdad, no recordaba mucho de ella.
Mi padre solía decirme que yo era igual a ella, y a veces eso era malo, porque se la recordaba. Mis tías decían que eso lo había hecho irse.
El punto era, que mis tías no podían encargarse de mi, porque yo era mucho problema según ellas.
Al parecer iba ir a dar a la calle, a sobrevivir con mis propias uñas. Bendita naturaleza.
— Elisa, baja —gritó la voz de mi tía Lucía. Corrí con el celular en la mano y bajé hasta la sala. Una señora castaña y un señor rubio me miraron sonrientes.
¿Quien mierda eran?
— ¿Qué pasa? —me dirigí a mi tía, ella sonrió. — Tu padre ha enviado una carta a ellos donde otorgaba a estos amigos suyos como tus tutores legales. Te irás a vivir con ellos, arregla tus cosas —que hija de puta, parecía que no había sido tan feliz en su vida.
Sin decir nada, subí por mi maleta. Ya estaba hecha porque últimamente había ido de casa en casa. No me molestaba la idea de irme con ellos, total, de ir a la calle a ir con ellos...
Bajé con la maleta y mi cara de culo habitual.
— por aquí, Elisa —dijo la señora y me abrió la puerta— ¿No te vas a despedir? — No —dije seca y salí. Mis tías eran las que me habían rechazado. Se podían ir a la mierda de mi parte.
Afuera había un coche lujoso estacionado. Alcé mis cejas. Ulala adónde había ido a caer.
El señor me abrió la puerta y me dejó subir al asiento trasero. Me quitó mi maleta y la subió a la cajuela.
Una vez que ellos subieron, sonrieron y el auto avanzó.
— Soy Elena, perdona que no me presentara —dijo la señora de cabello café — Yo soy Gabriel, Gabriel Paredes —dijo él. Asentí — Soy Elisa —respondí seca de nuevo y me concentré en la calle.
No sabía que decirles, o sea... Literalmente los acababa de conocer.
— Elisa —la miré— hemos hecho el papeleo ya... Ha sido facil. Espero no te moleste que hayamos cambiado tu apellido por el nuestro... — ¿Entonces soy Elisa Paredes? —pregunté, asintió — Paredes Socas —sonrió— cuando lleguemos a casa conocerás a tus hermanos —mis ojos se abrieron a tope.
Para, ¿qué tenía que convivir con engendros pequeños? Eso no iba a pasar loco.
— ¿Hermanos? —pregunté — Sí, mi hijo, Ginés —sonrió él — y mi hija Sara —ahora ella— Son de relaciones separadas, pero ahora... Bueno, se han acostumbrado a convivir juntos — ¿Son chiquitos? —hice una mueca — Ginés tiene 19 y Sara tiene 18, pero está a nada de cumplir 19 —respondió, no sabía que era peor. Convivir con niños o con adolecentes consentidos.
Finalmente el auto se detuvo frente a una casa enorme. Tenía una gran cochera con dos autos más, un jardín enorme y era de 3 pisos.
Era sorprendente.
— ven, mi marido bajará tus maletas, nosotras entremos a conocer a los chicos que deben estar emocionados por conocerte. —me pasó el brazo por los hombros y me acompañó dentro.
Lo primero que ví fue una sala, estaba pegada a las escaleras y tenía un par de sillones y un televisor enorme.
Además de un rubio acostado ahí. Sus ronquidos retumbaban por toda la casa.
Suspiré, el hombre dejó mi maleta en el suelo y cerró la puerta haciendo que el chico se despertara. Se levantó, se talló los ojos y se giró a vernos.
He de decir... Que estaba buenísimo, tenía unos ojos verdes hermosos y un cabello alborotado y rubio.
Sonrió un poco y luego caminó hasta acá. Se detuvo frente a nosotras y me miró. Su sonrisa se fue.
— ¿Quién eres? —soltó, sus palabras cortaban gente. — ella es Elisa, la chica de la que te hablamos al teléfono —miró a su madre — ¿A qué era en serio? —se burló— Sara se va a caer cuando lo sepa —soltó una risa y paso de lado— iré a mi habitación
Y así lo ví subir las escaleras y perderse de mi vista.
Hice una mueca y solté el aire.
— Así es mi hijo Ginés, no habla mucho... Pero verás que os llevaréis bien —asentí— habrá que ir a tu casa por el resto de tu ropa —continuó — No, esa es toda mi ropa —respondí, era verdad. Mi padre no era el típico papá que me daba dinero cada semana para ir a comprar ropa. Usualmente yo tenía que trabajar para ello. — Bueno, entonces habrá que ir a comprar ropa —sonrió Elena— mira... Nosotros salimos mucho de la ciudad, de hecho... Ahora mismo tenemos que irnos para Málaga. —miró su reloj— pero te dejaré la tarjeta de crédito y Sara te acompañará —asentí — venga, te llevaremos a tu habitación antes de irnos —me guiaron escaleras arriba. Había cuatro puertas de frente a las escaleras.
Una de ella decía "Sara 🖤", otra "Ginés ❌" y la otra decía "Elisa ❣️" abrieron la puerta mostrándome un cuarto rosado. Con una cama blanca y grande.
Tenía dos puertas a los costados, y una puerta de cristal que daba al balcón. Está habitación era enorme, podía decir que era casi tan grande como mi antigua casa completa.
— bueno, nosotros nos vamos... —asentí — te veremos al volver linda —dijo Elena, volví a asentir.
Salieron de mi habitación y yo me lancé a la cama.
Joder, tenía tanto por hacer, que podría explotar.
Aunque era incómodo estar aquí, suponía que era porque acababa de llegar. Y porque me habían dejado sola.
Me puse de pie para tomar una ducha, abrí una de las puertas, era un armario. Estaba vacío y era enorme.
La otra puerta sí era el baño, me quité toda mi ropa y me bañé de prisa.
Salí enrollada en la toalla, abrí mi maleta y me puse mi camiseta ajustada y corta color negra, mi falda a cuadros color rojo con negro y mis tenis Vans negros.
Dejaría que el cabello se me secara natural, mientras dormiría un poco.
Me recosté en la cama, y me quedé dormida al instante.
Ni a mi madre la obedesco tanto como a ustedes 😂❣️
Btw, la idea de hacer este triangulo amoroso me lo dió Ana_TheRedViperpasense a su perfil si les gusta Sara porque tiene una que... Pff flipo tías, flipo.
