Papás en casa

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Abrí un poco el ojo, sentí el peso de la mano de Ginés en mi espalda

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Abrí un poco el ojo, sentí el peso de la mano de Ginés en mi espalda. Intenté levantarme, pero no podía.

Me giré, ví a el rubio sin camisa recostado profundamente dormido.

— Ginés —lo moví
— déjame —murmuró, reí
— Levanta —le empujé un poco
— joder, estoy cansado —abrió un poco el ojo— ayer tuve que jugar dos rondas al hilo. No quiero hacer otra cosa que dormir.
— ¿Cómo acabé aquí? —pregunté, se dió la vuelta y sonrió
— follamos en la piscina contra la pared, luego te saliste y encendiste el porro, lo fumamos todo y comenzamos a jugar a juntar nuestras manos. Dijiste que tenías frío así que subimos a vestirte, pero entraste a mi cuarto. Luego me besaste contra ese mueble y follamos aquí. Luego nos dormimos —sonreí, ahora recordaba.
— ya recuerdo —reí
— me duele la cabeza un poco —me destapé
— esa es la diferencia entre un amateur con los porros y una pro —me levanté de cama y me puse una camisa que estaba en el suelo— iré a ver si llegó Sara.

Salí del cuarto dejando a Ginés ahí en su cuarto.

Toqué la puerta de su habitación, escuché ruido dentro.

— No pases —gritó— ahora salgo
— Sara por dios, te comí el coño, sé cómo es —hablé un poco bajo y reí—dejame pasar, solo vengo a disculparme por lo de ayer.
— Elisa, no hay nada que perdonar, hablamos abajo —gritó en respuesta. Rodé los ojos y abrí la puerta.

Ahora entendía porque ella no quería que yo abriera la puerta, la chica me miró desde la cama de Sara mientras ella se ponía el pijama.

— vaya —reí— lo siento. Estaré abajo

Salí de inmediato y bajé a la cocina.

No negaré que me daba un poco de celos que Sara se follara a esa chica y me rechazara a mi.

Me tiré en el sillón, encendí la tele y me abracé al cojín. Ginés bajó en seguida, se sentó a mi lado y me pasó la mano por los hombros.

— sabes —empezó, lo miré— tenía una idea de lo que sería nuestro primer polvo, pero superaste las expectativas.
— joder —reí— que pesado eres —me recargué en él.

Nunca había tenido hermanos, y esto era lo más cercano que tenía a la compañía.

— ¿Estás emocionada por ir a la escuela con nosotros? —pasó su brazo por mis hombros.
— No —reí, escuché la puerta abrirse, miré en esa dirección solo para encontrar a los padres de Ginés.

— Chicos! —sonrió la mujer— sabía que iban a llevarse bien —me dió una risa interna tremenda.
— es una chica divertida —dijo Ginés y con su mano, discretamente me tocó el culo.
— y este tipo no es tan malo —reí
— ¿Dónde está Sara? —preguntó su padre
— arriba con una amiga —respondí, ellos asintieron.
— hemos pasado al colegio por tu uniforme y para arreglar el horario en común con Ginés —sonrió— Sara me pidió que no la incribiera en el mismo programa que ustedes dos
— Seguro le avergonzamos —alcé los hombros— pero no importa.
— bueno, iremos a casa de unos amigos, pueden arreglarse y decirle a Sara que lo haga, iremos a comer mas tarde en casa de los Pérez.—ambos asentimos.

Era increíble la confianza que estos dos adultos nos tenían. Quizás ellos sabían que Sara era lesbiana y por eso no sospechaban de Ginés y de ella solos.

Pero que yo era bisexual, o sea que literalmente me iban ambos sexos y estos me dejaban aquí con dos chicos de mi edad tremendamente atractivos.

Cuando escuchamos el auto irse de nuevo, nos miramos el uno al otro.

— ¿Que vas a ponerte? —preguntó, alcé los hombros.
— ni idea, ¿Quieres ayudarme a vestirme? —sonreí
— quiero ayudarte a hacer lo contrario a eso —se mordió el labio. Reí
— tío, eres patético —me levanté— ¿Cuánto tenías sin follar?
— Como 1 mes —alzó los hombros— desde que rompí con mi novia.
— aiii, ¿Tenías novia? —le apreté más mejillas— que cute —sonreí y caminé a mi habitación. Me siguió.
— sí, se llama Irene —subimos las escaleras y entramos a mi habitación— era muy bonita pero estaba chiflada.
— ¿Por qué? —pregunté
— desconfiaba de mi y de Sara, decía je nos follabamos —se tiró en mi cama
— Si siguieran juntos estaría vuelta loca con mi llegada —reí— verdad? —me senté sobre él. Se sentó también juntando su cara muy cerca de la mía y con sus manos en mi culo.
— Le habría explotado la cabeza —murmuró— ¿Y tú? ¿Cómo fue tu ex?

Reí un poco y miré a otra parte.

— fatal —suspiré— era un tía. La chavala no sabía lo que quería y siempre me negaba la cosas así. Al final terminamos en una fiesta y en mi ebriedad me follé a su primo —alcé los hombros.
— ¿A qué te van las chicas? —asentí— no lo sabía, ahora eres aún más sexy.
— No soy sexy por ser bisexual, soy bisexual porque soy sexy. —me moví un poco, lo sentí debajo— no tienes llenadera verdad Paredes?
— no es culpa mía que tengas todo lo que me gusta en una chica —besó mi cuello, cerré mis ojos disfrutando del tacto y de los húmedos labios que recorrían mi cuello e iban hasta el pecho.

Me saqué la camiseta, puse mis manos en el cuello de Ginés y lo besé en los labios.

Nos besábamos como locos cuando la puerta fue abierta de golpe. Pegué un brincó hasta el suelo.

— joder, mis padres volvieron por unas cosas, iban a venir ellos por las cosas, tienen que ser más cuidadosos. —Sara estaba sería— en fin, los dejo —tomó el pequeño banquillo de mi cuarto y bajó corriendo.

Miré a Ginés, reímos y me senté a su lado.

— Joder, si eso no te baja una calentura no sé qué lo hace —dijo él
— Bueno, ahora sí ayúdame a escoger mi ropa —lo levanté. Ya había acomodado la ropa en mi closet así que lo dejé entrar y lo ví salir con una faldilla  a cuadros roja que tenía unas cadenas y una camisa negra.

—con estos zapatos —me pasó mis botas negras estilo militar.
— Buen outfit —sonreí
— A dónde vamos hay mucho campo, recuérdame buscarte a media fiesta para escaparnos por ahí —me guiñó el ojo
— joder que hijo de puta te has escogido un outfit calentón —negué, me sonrió y asintió.

Lɪᴛᴛʟᴇ sɪsᴛᴇʀ ~ Wᴀʟʟs ʏ Sᴏᴄᴀs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Where stories live. Discover now