Papá está cerca

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— ¿Listos para volver mañana? —dijo Sibel, asentí— no quiero dejar este paraíso, pero tampoco quiero estar lejos de España todo el tiempo —reí— ya extraño las cosas por allá

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— ¿Listos para volver mañana? —dijo Sibel, asentí
— no quiero dejar este paraíso, pero tampoco quiero estar lejos de España todo el tiempo —reí— ya extraño las cosas por allá.
—y yo lo extraño también —dijo Javier
— yo no —soltó Ginés— tendré que volver a pretender que no te quiero, que no me pones y que solo soy tu hermano —dijo tomando mi mano.
— tampoco íbamos a quedarnos a vivir aqui para siempre, había que volver en algún punto —lo abracé.

Era verdad que no quería irme de aquí porque me sentía feliz aquí con él. Pero no iba a quedarme aquí solo por esa razón. Porque tenía mi familia en España... Al igual que él.

Suspiré, ¿Esta relación tendría algún final feliz alguna vez?



– ¿Y se lo vas a decir a tu madre? —preguntó Sibel, asentí— bua, que valiente— No puedo seguir escondiendo mis sentimientos por ella, sí legalmente es mi hermana, pero yo no decido de quién enamorarme y no quiero seguir mi vida sabiendo que mi rel...

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– ¿Y se lo vas a decir a tu madre? —preguntó Sibel, asentí— bua, que valiente
— No puedo seguir escondiendo mis sentimientos por ella, sí legalmente es mi hermana, pero yo no decido de quién enamorarme y no quiero seguir mi vida sabiendo que mi relación no tiene pies ni cabeza, que jamás voy a poder avanzar con ella y que voy a tener que estar cuidando lo que hago por miedo a que me vean. —alcé los hombros— quiero ser libre, quiero amarla a pecho abierto y que lo sepa el mundo entero.
— pues te deseo mucha suerte  —me abrazó. Suspiré en su hombro.

En verdad esperaba que mi madre lo aceptara, que lo tomara bien...

Porque no quería alejarme de Elisa, me había enamorado tanto de ella... Que no me imaginaba una vida sin estar a su lado.



Elisa y Ginés nos habían llamado, habían vuelto a España y necesitaban que fuésemos al aeropuerto por ellos

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Elisa y Ginés nos habían llamado, habían vuelto a España y necesitaban que fuésemos al aeropuerto por ellos. Así que cogí el coche y condujé hasta allá sola.

Ana se había quedado durmiendo en mi cama, las vacaciones nos habían sentado de puta madre y ahora mismo la quería más que nunca.

Estacioné a llegar, ví a los chicos esperándome en la banqueta. Elisa sonrió un poco y miró detrás de mi. Su cara cambió al instante por una de terror, una cara de impresión que no podía creer.

Miré detrás de mi, un hombre estaba caminando lejos como si quisiera que no lo viera nadie más.

Me acerqué corriendo hasta Elisa que seguía sin reaccionar, con la cara palida y con el semblante horrorizado.

— Elisa, ¿Que te pasa? —le habló Ginés, ella reaccionó, y lo miró.
— era mi padre —habló con la voz seca, volví a mirar atrás, ya no estaba él ahí.
— ¿Qué crees que hacía aquí? —cuestionó Sibel
— no tengo idea, pero lo voy a averiguar, si o si —respondió. Sostuvo su maleta con fuerza y me miró— vamos a casa.

Asentí de vuelta y caminamos todos al auto.

¿Sería buena idea decirle a Elisa lo de las llamadas?



Ya estábamos en casa, mis padres no volvían aún y yo tenía miedo de lo que habíamos visto ayer cuando había ido por ellos al aeropuerto.

— pero por qué crees que este tras de ti... Digo, ¿Qué crees que quiera? —preguntó Ana desde su sitio. Sibel y Javi se estaban quedando también aquí porque ellos querían cuidar de Elisa.

No sabíamos que intenciones tenía su padre así que... Teníamos que quedarnos juntos de preferencia.

— no tengo idea —negó ella desde el sillón— no lo veo desde la noche anterior en que se fue... —se recargó en Ginés— no había tenido acercamiento conmigo nunca antes...
— en realidad... —comienza Ginés, Elisa lo mira confundida y un poco interesada, Ginés suspira— el que había estado haciendo todas esas llamadas a tu móvil era él, tu padre —Ana me mira, sé que sabe al igual que yo que ha sido un error decirle porque su cara no es precisamente una de felicidad— quise decirtelo antes Elisa, pero no sabía cómo y la verdad es que cuando se detuvieron las llamadas olvidé por completo ese dato...
— ¿Cómo lo sabes? —soltó
— contesté una una vez y él me lo dijo, también me amenazó con que si te hacía daño él iba a hacer que yo pagase y que debía alejarme de ti...
— ¿Por qué no me lo dijiste? —se levanta, se toma de los cabellos y mira a la nada— ¡joder Ginés esto era importante! —gritó
— ¡Lo sé! —Ginés se puso de pie también y la alcanzó— ¡Lo sé pero temía que te hiciera daño!
— ¡¿Y no pensaste nunca en que podía hacerte daño a ti y nadie lo sabría?! —decidí que, no podía dejar a mi hermano solo en esto.
— yo lo sabía —dije, ella me miró sin creerlo— me llamó a mi también y me dijo prácticamente lo mismo...
— joder... —se tomó el cabello— ¿Ustedes también lo sabían? —apuntó a Sibel y Javier y luego, a Ana.
— Lo siento —resoondió Sibel...
— Elisa, no creímos que querrías saberlo, es algo muy fuerte... —Javier la miró
— teníamos miedo —finalizó Ana
— Ahora veo que ustedes prefieren callarse las cosas importantes para mi tratando de protegerme... —nos miró a todos con los ojos llorosos— pues que sepan que no necesito que me putas protegan, yo me cuido sola —caminó a la puerta.
— Elisa espera —trato de detenerla Ginés, ella se giró a mirarlo.
— No puedo creer que te arriesgaras de esa manera, ¿Crees que yo podría vivir sin ti? ¿Crees que yo soportaría que nuevamente la persona que más amo me abandone? —ya estaba llorando, y no podía esconderlo— no sé cómo mirarte después de saber que me has vuelto a mentir...

Soltó y sin más salió de casa.

Me acerqué a Ginés, tenía los ojos llorosos y la nariz roja.

— Ginés ella no quiso decir... —me interrumpió
— Quiero estar solo, vale? —me dejó hablando y corrió escaleras arriba.

Bufé, esta mierda no podía ir peor.



Me sequé las lágrimas con el brazo y seguí mirando a la nada, la gente parecía no percatarse de mi existencia, pasaban de un lado a otro con sus cosas en mente

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Me sequé las lágrimas con el brazo y seguí mirando a la nada, la gente parecía no percatarse de mi existencia, pasaban de un lado a otro con sus cosas en mente.

Suspiré, respiré hondo y miré al frente, mi padre estaba mirándome a lo lejos, me levanté y corrí tras él.

Iba a alcanzarlo, aunque se me cayeran las piernas en el proceso.

Lɪᴛᴛʟᴇ sɪsᴛᴇʀ ~ Wᴀʟʟs ʏ Sᴏᴄᴀs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Where stories live. Discover now