Capitulo 35

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Verónica Adams

Hoy es el primer día del mes de diciembre y todos hemos estado viviendo en modo automático desde la ultima fiesta.

Todo ha marchado bien con Leo, no hemos discutido y tampoco peleado, así que con él va todo de maravilla. No he visto a Oliver, pero al parecer mi hermana lo ha visto un par de veces por la calle.

Pero lo que más me pesa es que Lucas no ha echo nada más que evitarme y eso no me hace sentir nada bien. Igual A.J, cada vez que llego a algún lugar donde él está, él y Helena se marchan.

- Hace buen tiempo -Me dice mi madre mientras mira por la ventana-. Gracias al cielo, creí que tenía que pasarme otro fin de semana en casa.

- Suenas como Victoria -Le digo mientras cambio los canales de televisión con aburrimiento.

- Bueno a ella ni la lluvia la detiene -Dice con cierta diversión-. Por cierto ya debe de haber llegado, el supermercado no es ta tan lejos -comenta para sí misma.

- Tal vez se desvió del camino, ya la conoces -Le digo pensando qué tal vez Vicky esté en él área de licores del supermercado.

- Tiene que llegar ya o no podrá venir con nosotros -Dice y vuelve a mirar su reloj.

- Estás lista -Le pregunta mi padre-. Verónica ¿Vendrás?

- No, saldré por ahí -Digo y ruego mentalmente que no me pregunte a donde o con quien.

- ¿A dónde? Y ¿Con quien? -mierda.

- Iré a la casa de un amigo -Digo con sinceridad.

- ¿Y quien te dio permiso? -Me pregunta con severidad.

- Tengo el permiso de Dios -Digo con diversión y él emite una falsa risa.

- Qué graciosa. Tienes que venir con nosotros -Me ordena.

- Qué diferencia hay entre ir con ustedes por mis abuelos y saludarlos allá o esperar a que lleguen y saludarlos aquí -Explicó tratando de sonar los más lógica y convincente posible, pero gracias a sus caras se perfectamente que no los convencí de nada-. Si Victoria no va yo tampoco -Dije con gesto de capricho.

- Olvídalo Tom, si está niña no quiere ir no habrá nadie que la obligue, ademas podemos pasar a desayunar algo en el camino solo nosotros -Dice mi madre de manera convincente-. Tú, espera a que tu hermana llegue y luego te vas. No quiero que llegues después de las dos ¿De acuerdo?

- Sí-Le prometo y los veo partir. Después de esperar unos minutos y ver qué Victoria no llegaría decidí llamarla.
-¿Qué? -Contestó de mala manera.
-¿Dónde estas?, mis padres ya fueron por mis abuelos y necesito que llegues.
-Tuve un contratiempo...
-¿Cual? -Tarda un poco en responder.
-Por que me quieres en casa ya -Me dice.
-Tengo que ir a casa de Lucas ha hablar con él -Le explicó.
-El no está en casa -Me dice como si nada.
-¿Cómo sabes? -Preguntó confundida. Ella tarda en responder-. Victoria.
-Mierda -Se escucha de fondo y proviene de una voz ajena a la de Victoria, es una voz de hombre-. ¡Victoria! -Cuelgan.

Tomo mis tenis del suelo, me los pongo y corro hacia la casa de Lucas. En realidad camine hasta la casa de Lucas.

Cuando llegué toca la puerta rápidamente, ya que me estaba muriendo de sed. Después de que toque la puerta por primera vez nadie abrió, así que decidí hacerlo de manera insistente, un golpe tras el otro. De verdad necesitaba agua. Los últimos días no ha parado de llover, peor justamente hoy el sol es abrasador y llevo puesta una sudadera negra y gracias a mi suerte debajo de esta mi llevo nada más que un sujetador.

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