Capitulo 43

398 24 1
                                    

Victoria Adams

A pasado una semana desde aquel incidente en el muelle. Me sentí como una idiota, pero me gusto y es lo que más de altera. Ahora Oliver no para de enviar mensajes, lo bueno que no llama.

Bueno creo que estoy exagerando un poco las cosas, pero Oliver jamás me había enviado mensajes y ahora me ha enviado como cuatro. Súper cortos, pero son cuatro.

Uno dice: quiero verte. Otro dice: quiero besarte y olvidarlo para hacerlo de nuevo. Quien diría que sería un romántico. Otro dice: veámonos esta noche en el muelle, seamos libres. Ese me lo envió esta mañana y el último hace unos minutos: por favor, quiero recordarte.

Una parte de mi dice que lo vea, otra parte me dice que lo bloque y que jamás lo vuelva a ver en mi vida, pero el problema es que, de verdad lo quiero ver, pero no quiero querer, Dios mío que me ha sucedido.

Creo que el poemario que me presto una amiga para leer me está afectado severamente.

Trate de distraerme todo el día, ayudando en lo que podía, pero era realmente difícil no pensar en los mensajes de Oliver. Por qué mierda le di mi número.

Arregle mi armario dos veces, limpie el cuarto y eso no fue suficiente para despejar mi mente.

Así que tome la peor decisión de mi corta vida. Tomar una ducha, ¿Porqué fue mala idea?, por que después comencé a arreglarme. Me peine, maquille y perfume. Todo lo hizo mi subconsciente. Cuando menos lo pensé estaba lista. Demonios. Estoy actuando como una estupida. Yo no soy así... ojalá tuviera un poco de alcohol. Todo lo que tenía guardado lo tiré. Si pudiera tomar una gotita no me sentiría tan idiota.

Así que tome mi segunda peor decisión, salir a fumar. ¿Porqué?, por que sin pensarlo camine hasta el muelle mientras fumaba mi cigarrillo.

La luna está en el oscuro cielo y el brillo de las estrellas deslumbraban mis errores. Mis malas desiciones y como todas van a culminar ahora.

Pero tenía un pequeño sentimiento de felicidad en lo más recóndito de mi oscuro corazón.

Y lo vi.

Estaba parado al final del muelle. Tenía la vista fija en su teléfono y de pronto el mío vibró. Era una llamada.
Sonreí y me había felicitado por haber puesto el teléfono en silencio.
Conteste y deje de caminar.
-¿Si? -Dije.
-¿Miraste mis mensajes? -Se escuchaba nervioso.
-No -Mentí-. ¿Qué decían?
-Quiero verte, ahora, en el muelle.
-¿Y si no quiero?
-Sabría que me estás mintiendo.
-¿Porqué?
-Por que ya estás aquí, bella como es costumbre.
-Me atrapaste.
-Acércate a mi -Dijo mientras me miraba con una sonrisa.
-Hazlo tú.
-De acuerdo, pero podré besarte.
-Inténtalo, aver qué sucede.
Colgué.

Lo vi caminando hacia a mi. Caminaba decidido y mis pies querían correr hacia el y jamás alejarse, pero me quede plantada en donde estaba.

Cuando al fin llego se detuvo un momento y tomó mi rostro con sus manos y se acercó a mi. No me negué, no lo aparte, lo dejé.

Me beso. Me beso. Me beso.

Todo parece tan irreal. ¿Quien es esta persona?, ¿Quien soy yo?, ¿Qué me sucedió?.

TóxicoWhere stories live. Discover now