Mi Vecino || Joerick

22

Erick

Tres días han pasado y mi relación con Christopher no ha dejado de ser incómoda desde aquel beso.

Cada vez que intento establecer una conversación el chico simplemente se va o me ignora.

Igual que Joel.

No se me ha pasado por alto que el rizado ha dejado a hablarme de la completa nada, sin darme alguna explicación del por qué.

Hasta esperé a que sea el día siguiente y poder hablar con él en la parada del bus, pero no se encontraba allí.

Duele.

No entiendo el por qué de su alejamiento, nunca hice algo para enojarlo... ¿o sí?

De todas formas aquí me encuentro, en el instituto ocupándome de mi problema principal, mi amigo.

El chico se sigue sentando al lado mío, pero no dice absolutamente nada. Lo miro de reojo y suspiro frustrado.

La clase de Biología está realmente aburrida, por lo cual mantenerme callado se me hace imposible.

—Oye, lo siento ¿sí? —Digo, Christopher gira su cabeza hacia mí y alza el ceño confundido.

—¿Por qué? —Cuestiona.

—Si llegué en algún momento darte falsas esperanzas, o no sé... —Digo, Christopher ríe con amargura y niega.

—No es eso —Dice, mira su cuaderno y luego a mí—. No me gustas.

—¿Entonces por qué me be...? —No me deja continuar ya que sigue él.

—Fue un error, siento que era para olvidarme de la decepción que me he llevado en el amor hace poco, lo siento —Dice, niego sonriendo.

—No hay problema, ¿amigos? —Digo mientras le tiendo mi mano, él la acepta.

—Mejores amigos —Recuerda, asiento riendo.

—Vélez, Colón, silencio —Pide el profesor, ambos asentimos mientras nos "callamos" hasta que él deja de mirarnos.

—¿A quién debemos asesinar? —Susurro, Christopher niega la cabeza con una sonrisa.

—Olvídalo, no vale la pena —Dice, asiento.

Al terminar el horario escolar salgo del lugar caminando hacia la parada del autobús como es rutina, al llegar el vehículo demora aproximadamente media hora en aparecer y para mi buena suerte hay muy poca gente en él.

Me alegra poder volver a hablar con Christopher, ahora mi otro tema pendiente es el rizado que tengo de vecino.

El viaje se hace eterno, tal vez son los nervios por volver a hablarle lo que lo hacen.

De todas formas, al llegar, al primer lugar que me dirijo es hacia mi hogar.

Mamá está trabajando por lo cual me encuentro solo en casa, al menos por unas horas.

Subo las escaleras de casa recordando los largas que se han hecho las noches desde dejé de hablar con él, es como si el tiempo pasara más lento, y a pesar de sentir cansancio, no llego a conciliar el sueño.