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Joel

Erick se ha estado comportando raro.

Cada vez que lo veo sus ojos se encuentran cristalizados, como si estuviera a punto de romperse en cualquier momento, solo que no me dice el por qué.

Es estresante.

Me subo al autobús unos minutos después de que él se haya ido pero se me vuelve algo imposible no pensar en el tema.

Erick me miente, y duele.

¿Qué tan grave puede ser lo que oculta como para no poder decírmelo?

Él siempre estuvo ahí cuando yo necesitaba contarle algo, pero eso no puede ser al revés porque él no lo dice.

De todas formas, esperaré a que decida a hacerlo.

Llego a mi instituto y busco con la mirada a Zabdiel, cuando lo encuentro el chico me sonríe al instante.

—Hola —Dice sonriente, le devuelvo el gesto y dejo un beso en su mejilla.

—Hola ¿Por qué tan alegre? —Comento, Zabdiel continúa con su sonrisa.

—La vida da muchas vueltas —Asegura, alzo el ceño y él se encamina hacia el salón, sin decir ninguna palabra más a cerca del tema.

Lo sigo en silencio y ambos nos adentramos en él colocándonos en nuestros lugares.

El profesor de Matemática demora diez minutos después de la hora indicada pidiendo disculpas y comenzando con la clase.

Zabdiel a mi lado sigue sonriente mirando su teléfono, alzo el ceño y él decide hablar.

—Me gusta un chico —Suelta, abro los ojos sorprendido y él sonríe—. Y creo que tengo una segunda oportunidad con él.

—Felicidades —Digo, él asiente feliz—.  A mí las cosas con Erick me están yendo... bien y mal.

—¿Bien y mal? —Cuestiona, asiento.

—Bien porque nunca peleamos, y siempre estamos divirtiéndonos —Digo mientras escribo en mi cuaderno para que el profe piense que estoy prestando toda la atención a la clase—. Y mal porque siento que me oculta algo.

—¿Algo como...? —Niego, sé lo que piensa.

—Erick no me sería infiel, sé que me ama, pero... hay algo que está pasando que no me lo cuenta —Digo nervioso, Zabdiel asiente.

—Dale tiempo, seguro lo hará —Habla, asiento inseguro.

Los minutos pasan con normalidad hasta que por fin la clase de Matemática decide terminar. Me va realmente bien en la mayoría de las materias, por lo cual estoy tranquilo con respecto a las notas este año.

Salimos junto a Zabdiel del salón y caminamos a la par para ir a nuestros respectivos casilleros.

Cuando nos separamos simplemente me dispongo a cambiar algunos cuadernos y mirar mi teléfono.

No tengo ningún mensaje de parte de Erick ni de mi madre, por lo cual los demás no los contesto.

El resto del día estudiantil pasa con demasiada lentitud, tanta que el cansancio se adueña de mí y las ganas de haberme quedado en mi cama durmiendo aparecen.

Al llegar a mi hogar y saludar a mamá, me encamino a mi dormitorio subiendo las escaleras. Miro por la ventana ya adentro y me doy cuenta que el ojiverde aún no se encuentra aquí.

Miro mi teléfono y noto que no se encuentra en línea, por lo cual demoro unos cuantos minutos más para recién mandarle un mensaje.

No me contesta, así que simplemente dejo el teléfono y me dispongo a mirar hacia el techo de mi habitación recostado en mi cama.

Escucho que mi teléfono suena y lo observo, es un simple mensaje de Erick diciendo que está vivo.

Río y me acomodo mejor en mi cama cerrando los ojos, dejando que el cansancio se adueñe de mí nuevamente.

—Estas rosas son lindas —Dice mamá, viendo como el jardinero delante de nosotros se encuentra plantando algunas.

Ha pasado una semana desde que mi padre ya no está con nosotros, y por el día todo es normal, pero a la noche los demonios no paran de perseguirme.

Siento una mirada sobre mí pero intento no prestarle atención, aunque sienta mi corazón latir rápido.

Miro levemente hacia la ventana de la otra casa, la de la habitación del chico, y el mismo se encuentra allí, mirándome. Al percatarse de que me di cuenta simplemente se esconde y deja de mirarme, por lo cual río levemente.

Es tierno.

Pero... los demonios también pueden aparecer durante el día, a veces.

El recuerdo de las palabras de mi padre retumba en mi mente una y otra vez.

«¡Mi hijo no va a ser un marica!»

Mi pecho duelo y mis ojos se cristalizan. Mamá no lo nota porque está con su mirada fija en como está quedando el jardín, así que simplemente me adentro en la casa, cerrando los ojos.

Debo simplemente ignorar estos sentimientos, porque sino... tal vez papá venga a terminar con lo que inició.

Abro los ojos sintiendo mis mejillas húmedas.

¿Estuve llorando dormido?

Me había olvidado de aquello, era solo un niño, con muchos temores.

Supongo que con el tiempo me acostumbré a ignorar lo que sentía por Erick, hasta que ya no pude más.

—¿Una pesadilla? —Cuestiona el ojiverde, me acerco a la ventana y él me sonríe desde su habitación.

Ya se encuentra anocheciendo, por lo cual la luz de la luna brilla con fuerza, dejando ver sus ojos a un más claros.

Es jodidamente hermoso.

—Sí, igual no es importante, ya todo está bien —Digo, Erick asiente—. Oye... con respecto a lo de hoy.

—Está todo bien, Joel —Responde con seriedad, asiento y suelto un suspiro.

—Solo me preocupo por ti —Digo, Erick asiente.

Me mantengo en silencio unos segundos antes de continuar.

—¿La cita para este fin de semana sigue en pie? —Cuestiono, Erick asiente luego de unos segundos atrapado en sí mismo—. ¿Te lo habías olvidado.

—L-lo siento, ando con muchas cosas... —Dice, asiento inseguro y luego sonríe con dificultad—. Joel, tu siempre me vas a querer, ¿cierto?

—Claro, bebé —Respondo con seguridad—. ¿A qué viene eso?

—Nada, solo... olvídalo.

¡Nuevo capítulo! ✨♥

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¡Nuevo capítulo! ✨♥

Dato: Los flashback de cuando son pequeños es porque se está cerrando una etapa ♥

Gracias por los 18 K ✨♥

Dejen aquí cuál es la canción del momento para ustedes ✨♥

Para mí Tusa, la pueden poner 80 veces que las 80 veces se va a cantar y bailar ♥

Comenten mucho y sean felices :3 (ahre que la historia estaba en una parte super triste)

Nos leemos pronto ✨♥

Mi Vecino || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora