Mi Vecino || Joerick

58

Erick

Desde aquel beso, las cosas fueron cambiando para bien entre nosotros dos.

Joel ha pasado mucho más tiempo conmigo, siempre lo veo sonriendo lo cual me pone realmente feliz.

Me alegra que haya comenzado a dejar toda aquella mierda atrás.

Desde la fiesta de cumpleaños de Christopher, en total han pasado dos semanas.

De que cada vez se están terminando mis vacaciones y tendré que regresar a seguir con las grabaciones, pero esta vez me encuentro tranquilo.

Ya no somos los mismos jóvenes de antes.

Esta vez, le dejaré en claro lo que va a suceder.

Salgo de mis pensamientos al escuchar la risa de Christopher a mi lado, alzo el ceño para observarlo y noto que el chico se encuentra mirando un meme.

—Es buenísimo —Dice entre risas, rodeo los ojos para luego reír también y me dispongo a mirar mi teléfono.

Desde que subí aquella storie hace tiempo, mis seguidores se han dado cuenta al instante de lo parecidos que son Joel y el dibujo de la portada de mi vecino, sin embargo, no he hablado a cerca el tema.

Tampoco he sabido noticias de Linda, ya que no le he visto por aquí y Joel no la ha nombrado hace tiempo.

Miro el reloj y sonrío, ya es hora.

Me levanto escuchando la risa de Christopher y me dirigo hacia el baño de mi apartamento.

Allí adentro simple men's me dispongo a tomarme una ducha, secarme y ponerme la vestimenta que ya había elegido antes.

Me observo al espejo y sonrío, me encuentro vestido con una camisa celeste pastel, un vaquero blanco y unos zapatos igual.

—Erick, tu novio te llama —Avisa Christopher, río sonriendo.

—No somos novios —Le aclaro, el chico ríe—. Avísale que ya voy.

—Okay —Dice, para luego alejarse de la puerta.

Me observo una vez más en el espejo arreglando mi cabello y salgo del baño soltando un suspiro.

Al llegar a la sala Joel se encuentra sentado en el sillón, al notarme simplemente se levanta y me sonríe.

Su sonrisa es una de las cosas más hermosas de este mundo.

—Hola —Saluda, respondo de la misma manera y se acerca a mí para dejar un beso en mi mejilla.

Cada tanto, por según roce, sin querer terminamos besándonos cuando nos vamos a saludar.

Esta no es una de esas veces.

—¿Vamos? —Cuestiona, asiento.

—Cuida el apartamento, que no se te prenda fuego —Le pido a Christopher, el chico me observa para luego asentir.

Agarro una de las llaves y le dejo la otra a mi mejor amigo.

Salgo del apartamento junto al rizado y comenzamos a caminar a la par hacia el ascensor.