5

2.2K 111 38
                                    

El día se me pasó bastante lento, tenía un dolor en el abdomen y aunque era mínimo eso me tenía muy preocupada, llamé a Renata y ella no tardó en venir a mi departamento y revisarme lo que más pudo.

¿De Franco y Susana? No los había visto desde ayer cuando estuvo Erick aquí, que ahora se había ido a Chile.

—Está todo bien, solo haz un poco de reposo hoy y mañana, con eso ya estás perfecto—dijo con una enorme sonrisa en sus labios.

—Siento que estás muy feliz hoy, ¿pasa algo?—pregunté.

—Si, si pasa algo—se levantó del sillón y yo hice lo mismo—Me voy a casar.

—¡¿Es broma?!

—¡Claro que no!—me lancé a sus brazos y pude jurar que una lágrima cayó por mis mejillas de la pura emoción que sentía.

Mi amiga se iba a casar.

Estuvo el resto de la tarde contándome detalles y sobretodo el lindo gesto que había tenido Alessandro para hacerle la propuesta. Me encantaría que ellos estuvieran juntos toda una vida, respetándose mutuamente y disfrutando los momentos lindos del matrimonio, no como nosotros...

—Estamos pensando en el próximo mes—dijo. Mis pensamientos rápidamente se esfumaron—El parte te llegará aquí mismo, así que solo espéralo.

Una hora más tarde, quedé en el departamento completamente sola. Me preparé un chocolate caliente y salí al balcón con el teléfono en la mano, me sentía en espera, como si estuviera queriendo que el teléfono vibrara, pero nada ocurrió.

—Hola amor, ¿en qué estabas?—preguntó entonces la voz que no había escuchado desde ayer.

Me giré a verlo, su rostro estaba transformado, en el pómulo izquierdo tenía un rasguñón más menos grande y con algo de sangre mientras que debajo de su ojo derecho descansaba un hematoma rosado, casi rojo. Me llevé una mano a la boca y me acerqué rápidamente a él.

—¿Qué te ha pasado?—pregunté.

Me fijé en el rostro de Susana pero sin embargo no tenía nada, bajé la mirada  y vi un par de marcas en sus brazos. No dije nada.

—Contéstame...

—No es nada—dijo él. Coloqué una mano en su mejilla y de inmediato hizo una mueca de dolor.

—¿Cómo que no es nada?—pregunté—Vamos al hospital Franco, tienes contusiones, te hicieron daño...

—¡No es nada!—chilló.

Me tensé completamente, de pies a cabeza, solamente estaba preocupada por él, no había motivo alguno para que me gritase de aquella manera.

—Estoy preocupada por ti.

Susana quien había estado todo el rato callada, se dio vuelta y se fue a la otra habitación.

—No tienes que estar preocupada por mi—habló bajo, claro, ahora le importaba que no lo escucharan cuando hace algunos segundos casi me deja sorda.

—¿Pides que no me preocupe por ti cuando llegas en estas condiciones a casa?

—Joder Maite, ya basta...

—Estoy embarazada, Franco—y no sabía porqué, pero mis ojos ya amenazaban con soltar lágrimas—Estoy embarazada y envés de estar tranquila, de disfrutar mi embarazo llegas tú con más preocupaciones...

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Where stories live. Discover now