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[Cuando crucé la línea no me equivoqué, si te descubren di que yo te provoqué]

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[Cuando crucé la línea no me equivoqué, si te descubren di que yo te provoqué]

Narra Erick

Pucha la Maite, me dolía pensar que todas las cosas malas le pasaban a ella siempre. En la madrugada me enojé caleta cuando la vi una débil, llorando y pensando quizás que cosa... Lo único que quería era que se diera vuelta y se abrazara a mi pecho solamente para que sintiera lo apretado que estaba al verla así. Me conformé con tranquilizarla lo suficiente para que pudiera dormir bien.

—¿Pero como tanto? Si yo puse clarito mi dirección en Leverkusen, no en Berlín... Y no tengo porque hacerme cargo yo de los errores de ustedes.

El Charles se daba vuelta en el comedor con el teléfono pegado en la oreja, estaba terrible enojado.

—¿Cómo se ha sentido el niño, Feña?—preguntó la Maite.

Desde las ocho de la noche que el Renato estaba quejándose de dolor de garganta y cabeza, ahora mismo estaba acostado en el sillón sobre las piernas de la Feña. Le di una mirada a la Maite, se veía como cansada y con pena porque era obvio que estaba enojada con el otro hueón, ayer había escuchado una discusión entre ellos que definitivamente no me gustó, no tenía claro si había escuchado bien pero el hueón la estaba cagando y eso me había puesto demasiado furioso aunque sabía y tenía más que claro que yo no era el más indicado para enojarme por algo así porque prácticamente le hice lo mismo.

—Tiene un poco de fiebre—murmuró la Feña mientras le ponía un pañito húmedo en la frente a Renato.

—¿Cuando podré jugar play?—preguntó casi en un murmuro.

—Cuando aprendas que no puedes andar paseándote a pie pelado en la casa cuando afuera hay menos cinco grados—lo retó la Fer y pude ver como la Maithe se reprimía las ganas de reír, la miré con los ojos entre cerrados y ella puso un dedo en su boca para que yo guardara silencio. Le guiñé el ojo y le hice caso.

Es que a mi me parecía chistoso porque cuando era chico, si tenía algún malestar o dolor, por lo más mínimo que sea mi mamá me decía que era porque andaba a pie pelado...

—No sé que hacer, no me quieren dar solución y tampoco puedo ir a pegarme el pique a Berlín—dijo el Charles acercándose a nosotros.

Dejó el teléfono en el sillón y soltó un suspiro.

—Y olvídate que yo voy, con el Rena enfermo no puedo ir—habló la Fer.

—¿Y si voy yo?—pregunté. Todos se dieron vuelta a mirarme, siempre que decía algo estúpido me miraban de esa forma pero ahora no comprendía porque no había dicho nada tonto.

—¿Y la licencia?—preguntó la Feña.

—Pero derecho y fuerte por la carretera no me van a pedir nada—me encogí de hombros.

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Where stories live. Discover now