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[Viernes hay ilusión, sábado que confusión, desaparezco yo esta vez...]
Narra Erick
Si de algo estaba seguro cuando escondí los papeles en la cocina fue de que la Flavia jamás los iba a pillar ahí, porque primero que nada no se metía para nada en la cocina, era yo el que cocinaba mayormente.
Me había tenido que comprar un teléfono nuevo, el mío ni siquiera había prendido.
Cuando llegué al Artemio Franchi todas las miradas se concentraron en mi, bajé el vidrio del auto y me saqué varías fotos. Me estacioné más cerca de la cancha y me encontré con Nikola.
—¿Cómo estay?—le pregunté.
—Bien hermano, ¿y tú?
—Bien igual.
El entrenamiento fue más agotador que otras veces, de hecho a uno de mis compañeros lo tuvieron con mascarilla de oxígeno algunos minutos. Aparte tenia la cabeza en otro lado, pensaba puras cosas que no me dejaban concentrarme en el entrenamiento, me llevé algunos retos de parte de mi entrenador. Había quedado pero cansadísimo, sentía el cuerpo cortado y apenas me la pude para manejar de vuelta a la casa. Le marqué a la Maite en medio del camino y ella contestó altiro, ese día que me necesitaba hablar conmigo fue para decirme que habían fotos nuestras en Facebook, cuando estábamos en Berlín, hablábamos todos los días aunque sean tres minutos y nos mensajeábamos cuando podíamos.
Sentía que mi verdadera causa de distracción era por extrañarla, habían pasado cuatro días enteros.
—Hola, hermosa.
—Hola, te iba a llamar justo ahora, me leíste la mente...
Sonreí y esperé la luz verde para pasar.
—¿Pasó algo?
—No, es solo que no pudimos comprar los pasajes para el diez, no hay nada disponible, así que viajo mañana.
—¿Mañana? ¿De verdad?
—Sí.
—Bacán, ¿a qué hora tienes vuelo para sacar la cuenta e ir a buscarte?
—Mh, no te preocupes, irá Franco.
—Ah, bueno. ¿Crees que podamos vernos?
—No creo, Erick. Tengo que arreglar asuntos, ya sabes.
—¿Entonces nos veremos el once?
—Sí, el once.
Su voz sonaba demasiado seca, ella no quería hablar conmigo y cualquier persona se hubiera dado cuenta de eso.
—¿Estás segura que no pasó nada?
—Sí, segura. Hablamos tarde si puedes, voy a cocinar algo con la Feña.
