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[No vaya a ser que te quiera y te vuelvas a ir, no vaya a ser que me enamore aún más de ti, no vaya a ser que me equivoque y te vuelva a perder...]
Narra Erick
Cuando llegué a mi cama y la vi ahí, durmiendo cómodamente con el Cristobal apegada a ella, comencé a pensar en cómo sería cuando estuviera la Isi. Una parte de mí quería creer que estaríamos los tres juntos, que seríamos una familia feliz y la otra me decía que jamás pasaría.
Desperté tipo diez de la mañana, me bañé, me cambié de ropa y cuando salí vi a la Maite sentada a un costado de la cama. Me miró, caminó hacía mi y dejó un casto beso en mis labios.
—Buenos días—dije.
—Buen día, Erick—sonrió. La miré como estúpido, aún recién despertando y toda chascona, era preciosa—Voy a ir a casa, me cambio de ropa y vuelvo.
—¿Te llevo?
—El Luis se ofreció a acompañarme, ve a tomar desayuno con tu familia, te están esperando...
En un acto rápido pasó ambos brazos por mi cintura y descansó su cabeza en mi hombro. Deseaba de todo corazón que ella se quedara conmigo así para siempre y también que se quedara aquí... Odiaba saber y pensar cada minuto del día que era él quien estaba a su lado y no yo.
Llegué a la cocina y me sentí tan llenito de amor cuando vi a mi mamá haciendo pan tostado mientras mis hermanos, la Steffi, el Charles, la Feña y los niños reían en la mesa. La verdad, me encantaba tener la casa llena de gente, cuando vivíamos con la Maite éramos sólo los dos y bueno, después estaba más que solo aquí, el Luis llegó hace un mes a vivir conmigo pero pronto se iría, junto a la Steffi estaban haciendo los trámites para quedarse acá y rentar una casa, no querían molestarme a mí.
—¿Y se esperaba esa noticia o no?—le preguntó la Steffi a mi mami. Ella me miró y negó con la cabeza.
—Me sorprendió demasiado, no puedo creer que mi bebé vaya a tener un bebé—me acerqué a ella y le di un beso en la cabeza, soltó una risa—Pero estoy demasiado feliz por los dos, sé que serán los mejores papás para esa niña que viene en camino.
Mi mamá cuando se lo proponía, podía decir muchas cosas lindas, pero ponía en duda lo de ser los mejores papás, aunque solamente sea por mi parte, me aterraba no ser lo suficientemente bueno para ella, no quería ser un papá ausente, que la viera una vez a la semana o cuando crezca tener que pasar fin de semana por medio con ella, no quería eso. No tengo idea de cómo será esto, el único contacto con un bebé que recuerdo al cien, fue con el Cristobal, le cambiaba los pañales, lo cuidaba, le daba la leche pero es mi hermano, siento y creo que con mi hija no sabré cómo reaccionar, porque es mi hija.
