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[¿Tú me extrañas? ¿qué pretendes? ¿o será que yo voy a perderte?]

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[¿Tú me extrañas? ¿qué pretendes? ¿o será que yo voy a perderte?]

Terminamos haciéndolo una vez más sobre el sillón, olvidándome completamente de las cosas que pensaba hace algunos momentos. Me olvidé de todo.

De camino a Leverkusen los pensamientos volvieron,  el rostro de la Flavia no salía de mi mente y tenía curiosidad de saber que era lo que pensaba el Erick respecto a eso. Como si tuviera poderes telepáticos, sonó el tono de llamadas típico de iPhone y el nombre Flavia apareció en la pantalla táctil de la camioneta.

Miré el rostro de Erick a ver que reacción tenía, él estaba neutro, apretó un botón del volante y supe que le había cortado.

—¿No le vas a contestar?—le pregunté.

—Mh, no es como que tenga ganas de hablar con ella ahora—respondió.

—¿Y entonces? ¿Qué va a pasar con nosotros?—pregunté. Ya no aguantaba más con esto.

—Cuando te dije que quería estar contigo no era solamente para el rato, quiero arreglar las cosas—desvío la mirada del camino algunos segundos para mirarme—Sé que cometí errores, sé que las cagué pero de verdad no quiero cagarlas más contigo porque cada vez que estoy cerca tuyo me convenzo de que eres la persona con la quien realmente tengo y quiero estar...

Tragué fuerte y continué con mi vista pegada a la carretera. Aún no había respondido bien mi inquietud.

—Y si, suena una locura porque en este instante estas preguntándote que va a pasar con la Flavia y con el Franco.

—Es lo que quiero saber—murmuré.

—Maite, si tú decides estar conmigo es obvio que dejaré todo atrás para estar contigo.

Me mordí el labio. Erick puso una mano sobre mi pierna y yo puse mi mano arriba de la suya.

Era notorio que ambos no queríamos llegar a Leverkusen y hacer como que nada había pasado, él había estado diciendo todo el viaje que no quería que el día terminara jamás. Nos detuvimos a almorzar casi a la mitad del camino, yo solamente había comido raviolis mientras que él se devoraba un pedazo de carne con papás y ensalada.

—Tengo que aprovechar de comer ahora, después me tienen a pura dieta—frunció el ceño y tomó un sorbo de bebida.

—Nunca te pregunté cómo te va en Fiorentina.

—Me va bien, de hecho soy el encargado de patear penales—se encogió de hombros—Además que en Florencia es todo mucho más tranquilo que Bolonia.

Me alegraba que a él le estuviera yendo bien, yo sabía que en cualquier equipo que jugara le iba a ir bien porque era excelente en lo que hacía y se esforzaba un montón para que las cosas le resultasen. Recuerdo una vez que falló un penal, estuvo triste una semana entera, después empezó a practicar todos los días un rato sus tiros de penal y desde ese día no ha fallado.

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora