18

2K 86 116
                                    

[Cuando no te tengo cerca mi corazón está difunto, es de sabios reconocer que nacimos para estar juntos]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[Cuando no te tengo cerca mi corazón está difunto, es de sabios reconocer que nacimos para estar juntos]

Cuando llegué al aeropuerto de Florencia lo primero que vi fueron todas las cámaras apuntando hacía mi. Me saqué fotos con varias personas, firmé algunas camisetas e incluso poleras, traté de ser lo más simpático porque sino después me trataban de mala onda.

A lo lejos divisé a la Flavia, ella estaba parada sacándose fotos con personas que la reconocían también, después de todo en el último tiempo se había vuelto más reconocida. Ella se paró y corrió hacia mi para después enrollar sus piernas en mi cintura, lo único que pude hacer fue dejar mi maleta y tomarla de la espalda para que no se caiga mientras que sentía sus labios sobre los míos. Quedé cegado por los flashes en ese momento, mierda, esta huea iba a quedar plasmada en todo internet y la Maite pensaría quizás que cosas de mi...

—Ya po, Flavia, sabes que no me gustan estas cosas.

—Pero es que te extrañé—hizo un puchero.

Me tomó de la mano y caminamos hasta los estacionamientos, cuando llegamos a la camioneta me pasó los llaves y fruncí el ceño, lo que menos quería era manejar ahora, pero tenía que hacerlo igual, no sé cómo ella se había atrevido a andar aquí y sin licencia.

—El Luis dijo que estaba viendo algunos departamentos por aquí cerca, dijo que quería darnos un espacio.

—¿Darnos?—fruncí el ceño y asintió con la cabeza.

Mierda, la Flavia estaba haciendo hasta planes para ya vivir juntos... Me fui todo el camino medio disgustado, en realidad era un poquito más que medio.

—¿Hay alguien en la casa?—pregunté.

—No, estamos solitos—me guiñó el ojo.

Quería agarrar el volante a cabezazos pero de seguro después me dolería mucho la cabeza, así que descarté esa tonta idea y me dediqué a manejar.

En treinta, casi cuarenta minutos llegamos a casa, en realidad lo único que quería era dormir, después recordé que tenía que hacerle un par de llamadas a la Renata para reservar pronto la próxima hora, no quería aplazarlo más por quedarnos sin hora. Me senté a la orilla de la cama, me quité la polera y tomé el teléfono para marcar su número.

Hola, Rena. ¿Cómo estás?

—¡Hola, Erick! ¿Bien y tú?

Que bueno, me alegro. Bien también, gracias por preguntar... Te llamaba para ver si tienes alguna hora disponible para la otra semana.

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Where stories live. Discover now