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[Que hay de malo en quererte como yo te quiero, regalarte una flor y vivir para ti, consolar a tu alma si busca consuelo en mí]

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[Que hay de malo en quererte como yo te quiero, regalarte una flor y vivir para ti, consolar a tu alma si busca consuelo en mí]

Narra Maite

El turno se me había pasado demasiado rápido entre tantos exámenes de papanicolau y controles obstetricos que realicé. No quería aún trabajar en esto, pero amaba demasiado lo que había estudiado y con los pocos días que llevaba lo había más que confirmado.

Hoy, antes de irme a colación, llegó una niña de dieciséis años con su pololo de diecisiete, ella tenía siete meses de embarazo y según la ficha anterior presentaba una preeclampsia leve desde los cuatro, ambos venían asustados porque no habían sentido a la guaguita durante la noche, eso fue lo que hizo que mis alarmas se prendieran y mi mente comenzara a trabajar recordándome que eso me había pasado a mí. Me paralicé cuando comencé a hacer el ultrasonido y no le sentí el pulso al bebé, sentía que las piernas en cualquier momento se me iban pero aún así traté de mantener la compostura y el nivel de profesionalismo. Me tocó darles la mala noticia, el bebé no tenía latidos.

Creo que ese había sido el motivo por el cual estuve toda la tarde media rara, me subí al colectivo para volver a mi casa y fue imposible no llorar cuando me acordé que el Franco ya debiera estar en la casa, no quería verlo y menos después de ver la foto que había subido, ni siquiera fue en que momento la sacó, seguramente alguno donde yo estaba durmiendo.

Me quedé parada frente al edificio con una mueca en el rostro, debatiéndome si debía entrar o no sé, por último salir y llegar más tarde. Saqué el teléfono de la cartera y marqué el número de Franco.

—Maite... Hola. ¿A qué hora llegas?—contestó.

¿Me vas a decir que no hemos hablado casi por tres días y ni siquiera va a preguntarme cómo estoy? Sí.

Franco, ¿cómo estás?—le pregunté.

Bien, ¿y tú?

Bien, gracias. ¿Cómo estuvo el viaje?

—Todo bien. ¿A qué hora llegas?

—Tengo que hacer otro turno ahora, no sé a que hora...

—¿De noche?—me interrumpió.

La cara de Erick se cruzó por mi mente, solté un suspiro y asentí con la cabeza.

Sí, tengo turno de noche.

—¿Pero no llegas ahora? Es decir, ¿harás el turno seguido?

—Sí, necesitan a alguien en urgencias para cubrir a una compañera.

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Where stories live. Discover now