Capítulo 15

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Abro la puerta y miro dentro antes de pasar.

Lily es la primera en correr a mí en cuanto me mira.

—¡Lía! — grita hasta que la tengo en mis brazos.

—Por dios, ¿cómo estás? — pregunta mi madre abrazándome con fuerza.

—Ya estoy bien — contesto —, una simple herida — miento, pues no fue tan simple realmente.

—Tú no tenías...

—Sí tenía. Si no te hubiese quitado del camino estarías muerta, nunca habrías soportado nada igual.

—Gracias.

—No necesitas darme las gracias.

—¿Cómo está el niño?

—De maravilla. Luzbel se ha quedado con él mientras venía para acá.

—¿Lo quiere?

—¿Luzbel? Lo adora, aunque siempre dijo que odiaba a los niños quiere a Angelus. Dice que él es diferente y todas esas cosas. Además, se ha tomado completamente en serio la paternidad.

—Me alegra escuchar eso. Siempre he pensado que Luzbel tiene un lado tierno. Y Angelus merece tener un padre. Uno real, aún cuando no sea su padre biológico.

—Lo sé, merece tener una familia. Y sé que ustedes también lo son, agradezco muchísimo todos estos meses que se hicieron cargo mientras yo no estaba, pero... Angelus no va a volver. No por ahora, ya nos dimos cuenta de que aquí definitivamente es vulnerable, y no podemos poner en riesgo tanto.

—Todos lo hemos entendido. Créeme que lo extrañamos, pero, primero está su seguridad antes que nuestros sentimentalismos.

—Gracias por comprenderlo.

—Pero queremos seguir viéndolo, así que podrías traerlo de vez en cuando.

—Lo haré, es solo que hoy vine a ver a Kate y preferí dejarlo.

—Deben estar en la escuela, ahora — dice mirando su reloj.

—Lo sé, pero pasaba a saludarte antes, sólo para decirte que estoy bien.

—Gracias por ello.

—Vendré pronto — prometo —, ahora iré a verlos.

—Cuídate.

—Ustedes también.

Vuelvo a salir de la casa y vuelo en dirección a la escuela.

La última vez que vi a Kate no estaba en muy buen estado que digamos, así que espero verla mejor ahora.

Estaba de acuerdo con su relación con Rafael, nunca me disgustó, pero, viendo bien las cosas posiblemente no sea lo mejor. Además de que me dio buenos argumentos cuando hablamos del tema, y realmente no he visto demasiado interesado a Rafael. Podría venir por lo menos cinco minutos para decirle a mi amiga que está bien, o cualquier otra cosa.

Pero la realidad es que ni siquiera se ha tomado la molestia de preguntarme si Kate sigue viva.

Sin aterrizar miro la escuela desde arriba, en busca de alguno de mis amigos.

Y ubico la mochila de Kate.

Bajo en su dirección, y cuando estoy cerca la abrazo levantándola un poco de suelo.

—¡Mierda, Lía! — se queja cuando ambas estamos con los pies en el piso.

—Hola, querida, ¿me extrañaste?

Edén Where stories live. Discover now