Capítulo 23

6.4K 703 459
                                    

—Tranquila, estoy bien — aseguro cuando Hécate se acerca por tercera vez a ver cómo estoy.

—¿Estás segura?

—Segura.

La puerta de la casa se abre violentamente y doy un brinco en el sillón.

Luzbel aparece hecho una furia y apenas entra se va contra Raziel.

—¿Por qué hicieron eso? — comienza a reclamar sin dar oportunidad a nada.

—Luzbel, detente — pide Hécate, sin embargo esta vez no le hace caso como siempre.

—¡Metiste a Lía al abismo! ¡Y con todos ellos ahí! ¿Acaso no piensas? ¡Pudieron matarla! ¡Pudieron matar a mi angel por tu culpa!

—Te recuerdo — habla liberándose agresivo del agarre de Luzbel —, por si lo has olvidado, que Lía es mi hija.

—¿Hija? — oigo a mi otro padre preguntar desde la cocina.

—Te recuerdo que el hecho de que seas mi hermano no va a impedir que me ponga violento contigo por esto.

—¿Hermano? — pregunta ahora.

—¿Sí? ¿Y crees que me interesa? Tampoco has sido tan buen hermano como para que no me atreva a corresponder tu violencia.

—¿Yo no he sido buen hermano? ¡Tú fuiste de los primeros en desaparecer cuando caí! ¡Nunca me ayudaste cuando eso pasó!

—¿Querías que te ayudara? ¡Pues al parecer no quisiste mucha ayuda cuando te robaste a mi hija!

—¡Yo no me robé a tu hija! ¡Me enamoré de ella!

—¡Es tu sobrina, Luzbel! ¡Tu sobrina!

—¡Ya basta! — vuelve a intervenir Hécate y al fin logra callar al par de ángeles —, ustedes dos tienen que entender las circunstancias y no querer matarse por las acciones que tomaron.

—¿Si alguno de tus hermanos se robara a tu hija te quedarías de brazos cruzados? — reprocha Raziel intentando tener la razón.

—Hades se robó a mi hermana — responde —, y eso sí fue un robo, Luzbel no se robó a tu hija, sólo se enamoró de ella.

—¡No es lo mismo! — debate nuevamente —, todos ustedes están locos y se meten entre ustedes como si no fueran familia.

—Vamos, Raziel, todos ustedes se meten con sus propios hermanos, ven y háblame de cosas enfermas.

—¿Sabes algo? — inquiere Luzbel recobrando la discusión —, siempre he preferido a Hécate.

—¿Ah si? — pregunta mirándolo un poco sorprendido —, pues yo siempre preferí a Rafael. Es más, prefería a Belcebú antes que a ti para quedarse con mi hija.

—Deténganse ya — pido parándome y yendo hasta donde están —, esto no es una competencia para ver qué es lo que prefieren. Ni siquiera deberían de estar peleando por cosas estúpidas que ya pasaron.

—¿Estás bien? — pregunta Luzbel pasando entre mis padres y llegando hasta mí.

—Lo estoy.

—¿Qué es esto? ¿Qué te pasó? — pregunta haciéndome alzar la cara para mirarme el cuello.

—Escucha, creo que conocí a Caín.

Edén Where stories live. Discover now