Capítulo 35

4.7K 691 195
                                    

No sé cómo logré conciliar el sueño anoche, sin embargo, a pesar de los nervios y toda la emoción, no me he quedado despierta toda la noche como había pensando.

—Quédate quieta, Lía — se queja Kate mientras me peina.

—Estoy quieta, que no puedas peinarme no es culpa mía — respondo sin moverme.

—¿Esta cosa cómo se pone? — pregunta, aunque no directamente mente a mí.

—Así — responde mu madre y supongo que le ha quitado el objeto de las manos —, esto pa en medio.

Y luego de unos segundos, siento algo ligero sobre mi cabeza, y cuelga de mi frente también.

—Listo, estás peinada — informa poniéndose frente a mí y admirando su peinado.

Me pongo de pie y acomodo la tela del vestido con cuidado, no tiene vuelo, por lo que la caída es natural y se ve bastante sencillo.

—Estás lista — habla mi madre caminando junto a Kate para mirarme, y le veo una gran sonrisa mientras lo hace —, te ves mejor de como lo había imaginado — confiesa y veo que una lágrima se resbala por su rostro.

—No llores — pido acercándome a donde está.

—Esto es muy emocionante para mí, no creí que pudiera ver a mi hija casándose.

—Lo sé, la verdad yo tampoco imaginé que fueras a estar presente, pero me alegra muchísimo que estés aquí.

Hécate me abraza con cuidado para no desarreglarme el cabello o el vestido, aunque es algo que realmente no me importaría.

—Es hora — informa cuando volvemos a separarnos y se hace a un lado para que vaya a la salida de una vez.

Tomo la cajita negra de la cama y voy a la salida. Mis nervios se hacen grandes mientras pienso que estoy yendo directo a mi boda.

Me gusta saberlo, pero mi corazón está latiendo como un loco y me da más nervios el pensar que todo el palacio puede escucharlo desde donde sea.

Bajo las escaleras mientras respiro profundo para calmarme, intento concentrarme en algo diferente a la realidad, y mientras más escaleras bajo, más tranquila consigo ponerme.

Un minuto después estamos abajo, y aunque espero encontrarme a alguien, todo se ve desierto.

No escucho ningún ruido que no hagamos nosotras mismas, no veo nadie cerca ni afuera del palacio, y aunque había conseguido calmarme, me tenso de nuevo.

—¿Dónde...?

—Están esperando — informa mi madre posando una mano sobre mi hombro para relajarme —, no hay nadie aquí, ¿tú crees que alguien se pretendería la boda del siglo?

Mamá me toma de la mano y me hace caminar en dirección contraria al salon. No hago preguntas, solo camino junto a ella y Kate y vuelvo a concentrarme para estar tranquila.

Damos la vuelta al pasillo y entiendo que nos dirigimos a la entrada trasera del palacio.

No veo a nadie, pero ya logro escuchar que hay personas fuera, y todo mi avance de estar tranquila se esfuma.

—Todo va a estar bien, cariño — susurra mi madre apretando suavemente mi mano.

—Creo que nunca había estado tan nerviosa — admito riendo ligeramente por lo mismo.

—Es normal, todas las mujeres se alteran cuando van a casarse, está bien.

—¿Y si hago algo estúpido?

Edén Donde viven las historias. Descúbrelo ahora