Capítulo 33

5.5K 699 178
                                    

—¿Por qué lo has traído? — pregunta Luzbel.

—No estoy del lado de mi madre — contesta Mihaíl por sí solo —, eso quiero dejarlo muy en claro. Sólo quiero saber quién es mi padre.

—¿No lo sabes?

—No, Lilith jamás ha querido decírmelo, y yo simplemente no puedo adivinarlo, ustedes son los primeros ángeles a los veo en mi vida.

—¿Por qué debo creer que son reales tus intenciones?

—¿Y por qué no, genio? Mi madre no tiene nada que ver conmigo, ¿crees que si le sirviera o le fuera leal, no estaría allá arriba también? Si logró que Uriel siendo hijo de un demonio, subiera, ¿por qué yo no?

—¿Qué es realmente lo que quieres?

—Quiero saber quién es mi padre y conocerlo, no he estado confinado al abismo toda mi vida por gusto. Y ahora que hay menos atención en mí que antes, no pienso desaprovecharlo.

—¿Cuál atención?

—Claramente la de Lilith y toda su familia. Ahora está todo centrado en mi hermano y sus planes estúpidos.

—¿Por qué no solo decides irte de su lado y ayudarles a vencer?

—¿Que haga qué? Disculpa, arcángel, pero no quieras creer que soy idiota, yo no apoyo casos perdidos ni indiscriminados. Si pudiera elegir, créeme que tendría una familia diferente, no malditos demonios maniáticos cretinos.

Luzbel se ríe y al instante sé que ha hecho química con el aparente malhumorado que tengo enfrente.

—Bien, bien — decide el arcángel —, tienes espíritu de ángel, me agradas, y tienes razón, tienes imbéciles por familia.

—Algunos nacemos más malditos que otros. ¿Sabes que ridículo es decir que soy producto de una violación y que la violadora es mi madre?

—No quisiera saberlo, pero no te preocupes, por el simple hecho de tener sangre de Lilith entiendo lo salado que estás.

—¿Vas a ayudarme?

—Eso depende.

—¿Qué pides a cambio? — pregunta muy dispuesto de dar y hacer cualquier cosa.

—No sé quien es tu padre — confiesa —, aunque tengo a alguien en mente ya. Pero claro que podemos averiguarlo, yo puedo darte esa respuesta, lo que quiero saber es qué planeas hacer luego de conocerlo.

—No lo sé — admite —, no sé qué ocurra, no sé si él me acepte como un hijo o me repudie como lo que soy. Pero si no me tiene tanto asco, pediría su ayuda para librarme de ellos. Daría cualquier cosa a cambio de ello, estoy dispuesto a ayudarlos en su guerra si es lo que quieren.

—No te preocupes por eso, si eres hijo de quien creo no obtendrás odio o asco a cambio.

—¿Quién crees que sea mi padre?

—Mantendremos el suspenso de ello, por si llego a equivocarme.

Luzbel da la vuelta para que volvamos a casa de una vez, y no agrega más.

—¿Que hago con él? — pregunta Belcebú.

—¿Cómo voy a saberlo? Tú lo trajiste aquí — responde Luz.

—No puede regresar al abismo.

Ambos intercambiamos miradas, sabiendo perfectamente que pensamos lo mismo.

—De acuerdo — acepto yo —, ven, te quedarás con nosotros hoy.

Mihaíl mira a Belcebú a modo de despedida y camina hacia donde estamos. Yo miro a Bel de la misma forma, y tras asentir nos damos la espalda.

Edén Where stories live. Discover now