Capítulo 28

5.7K 680 240
                                    

Empujo las grandes puertas del salón y entro a medio regaño o discusión.

Hace poco mi padre mandó a Gabriel por Luzbel, no dijo nada, por lo que no entiendo qué está ocurriendo aquí.

Luzbel está dando la cara por el resto y no sé si fue buena idea venir.

—Si Rafael estuviera aquí no habríamos hecho tal estupidez — se defiende Luzbel dando un argumento completamente idiota.

—¿De quién fue la idea de ir al abismo a atacar? — pregunta papá.

—Fue mía — acepta Luzbel la responsabilidad.

—¿Cómo se te pudo ocurrir tal cosa?

—Si ellos nos atacan cuando quieren, ¿por qué no podríamos regresar el golpe? Después de todo nosotros tenemos más poder que ellos.

—Esto es completamente un desastre. Desde que Rafael se fue de aquí todos están haciendo y deshaciendo a su gusto.

—Tal vez Rafael debería volver — opina Luzbel muy digno.

—Claro que va a volver, y lo hará ahora — veo emoción en el rostro de Luzbel y me siento alegre de dicha decisión —, Miguel, ve por tu hermano ahora.

El arcángel asiente y comienza a caminar hacia la salida, intentando ocultar la expresión contenta que llena su rostro.

—Pero tú no te libras de esto — continúa regañando a Luzbel —, si eres el mayor aquí es porque se supone que tienes el mayor razonamiento de todos y no podrías permitirte equivocaciones ni tomar decisiones precipitadas de esta forma.

—Lo sé... es sólo que me molesta demasiado lo que han estado haciendo, solo intentan debilitarnos. Se creen los dueños del mundo y nadie aquí hace nada para contradecirlo.

—Ya llegará el momento, Luzbel, no te apresures.

—No me apresuro, es solo que si vamos a jugar a destruir imperios, lo haremos todos, no solo ellos.

—¿De qué hablas, Luzbel?

—Padre, por favor, no me preguntes eso. Ellos lo único que quieres es sacarte del poder. No más, solo quieren lograr eso. Sus constantes ataques no son para burlarse de nosotros ni nada parecido, son únicamente para debilitarnos mientras ellos se preparan realmente para dar el golpe, el real, para iniciar la guerra en la que van a derrotarnos y si son lo suficientemente fuertes, van a derrotarte a ti.

—Sé que te preocupas por esto, pero relájate más, el mal nunca gana, Luzbel, puede creer que sí, puede ganar una batalla tal vez, pero nunca va a tomar el lugar del bueno.

—Pues me rehuso a permitir que ganen siquiera una batalla.

Me acerco a donde está y lo abrazo por la espalda para relajarlo y que deje de discutir de una vez.

Luzbel toma una de mis manos mientras está en su pecho, y me acaricia lentamente.

—Solo relájate, todo va a estar bien — pido en susurros y veo que el arcángel asiente.

—¿Sabes? Ahora no estoy muy seguro que Rafael acepte volver.

—¿Por qué no lo aceptaría?

—Porque comienza a adaptarse a la vida humana, y peor aún, empieza a acostumbrarse y tomarle el gusto, además de que está entrando a la negación de sus tierras... es normal, pero me preocupa que se apegue demasiado a ello y termine quedándose allí.

—Por más acostumbrado que esté, creo que sabe que este es el lugar al que verdaderamente pertenece. No dudes de él, y sea lo que sea, respeta la decisión que tome.

Edén Where stories live. Discover now